Miles de personas protestan por la muerte de inmigrantes en la frontera entre España y Marruecos
BARCELONA, España (AP) – Miles de personas protestaron el viernes en varias ciudades españolas por la muerte de al menos 23 inmigrantes la semana pasada en la frontera entre el enclave español de Melilla, en África, y Marruecos, en medio de crecientes llamamientos a una investigación independiente y transfronteriza.
Las manifestaciones se celebraron bajo el lema “Las Vidas Negras Importan” en español o “Black Lives Matter” en inglés.
Las muertes se produjeron el 24 de junio durante los repetidos intentos de migrantes subsaharianos y solicitantes de asilo de escalar la valla fronteriza que separa los territorios. Las autoridades marroquíes afirmaron que los migrantes murieron a causa de una estampida, pero los manifestantes culpan a las autoridades y a las políticas migratorias europeas.
En Madrid, los manifestantes llenaron la plaza de Callao y mostraron pancartas en las que se leía “Las fronteras matan” y “Ningún ser humano es ilegal”. En Barcelona, los participantes marcharon mientras coreaban contra el racismo y el colonialismo.
“Para proteger sus fronteras mataron a muchos negros”, dijo Victoria Muñoz, una manifestante afrodescendiente.
En Rabat, la capital de Marruecos, unas 40 personas portaban pancartas salpicadas de pintura roja, emulando la sangre para exigir justicia por los migrantes muertos.
“Lo mínimo que podemos hacer es expresar nuestra indignación y exigir que el Estado marroquí deje de actuar como policía de fronteras de Europa, porque con esta nefasta actividad es responsable de lo ocurrido el pasado viernes”, dijo Al-Tayeb Madmadh, miembro de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos y uno de los organizadores de la protesta.
Los vídeos y las fotos que aparecieron en los días posteriores a las muertes provocaron la indignación y la condena de varios grupos de derechos humanos y funcionarios, incluido el secretario general de las Naciones Unidas.
En un vídeo compartido por la Asociación Marroquí de Derechos Humanos se ve a decenas de jóvenes africanos, algunos de ellos inmóviles y sangrando, esparcidos por el suelo mientras las fuerzas de seguridad marroquíes se sitúan sobre ellos. Se ve a un hombre uniformado pinchando un cuerpo con su porra.
En otro vídeo se ve a un grupo de migrantes escalando una valla, algunos lanzando piedras a los policías antidisturbios marroquíes que intentan detenerlos. En un momento dado, la valla se derrumba, enviándolos al suelo desde una altura de varios metros.
“Estoy conmocionado por la violencia en la frontera entre Nador y Melilla”, tuiteó esta semana el jefe de la ONU, Antonio Guterres. “El uso de la fuerza excesiva es inaceptable, y los derechos humanos y la dignidad de las personas que se desplazan deben ser prioritarios para los países.”
La Fiscalía General del Estado español anunció la puesta en marcha de una investigación “para esclarecer lo sucedido” dada la “trascendencia y gravedad” de los hechos ocurridos en la frontera de Melilla.
La Asociación Marroquí de Derechos Humanos impugnó la cifra oficial de muertos, informando en cambio de que habían muerto 27 inmigrantes, mientras que la ONG española Caminando Fronteras informa de 37 víctimas mortales.
Las autoridades marroquíes y españolas también informaron de que 140 agentes de seguridad en el lado marroquí y 60 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil en el lado español, resultaron heridos.
En una entrevista exclusiva con Associated Press, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, defendió la forma en que la policía marroquí y española manejaron el incidente, calificando el atentado como “un ataque a las fronteras de España.”
Mientras tanto, los muertos aún no han sido identificados.
Omar Naji, de la Asociación de Derechos Humanos de Marruecos en Nador, dijo que han sido contactados por las familias de los jóvenes de Sudán que se cree que están entre las víctimas, pero no se les ha permitido ver los cuerpos o las docenas de migrantes heridos que están siendo tratados en un hospital local.
La violencia y la agitación política en Sudán han empujado a miles de sudaneses a buscar asilo en Europa, incluso en España. Además, un tercio de la población sudanesa se enfrenta actualmente a una crisis de hambre.
“Exigimos una investigación exhaustiva para aclarar quién es el responsable (de las muertes), así como las autopsias necesarias para identificar las causas de sus muertes”, dijo.
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Tarik El-Barakah en Rabat, Marruecos, y Hernán Muñoz en Barcelona, España, contribuyeron a este informe.
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