Nueva Caledonia vota por permanecer en Francia; los separatistas boicotean

 Nueva Caledonia vota por permanecer en Francia; los separatistas boicotean

NOUMEA, Nueva Caledonia (AP) – Los votantes del territorio insular francés de Nueva Caledonia eligieron el domingo por abrumadora mayoría seguir formando parte de Francia, en un referéndum boicoteado por las fuerzas independentistas y seguido de cerca en todo el Pacífico Sur.

El presidente francés, Emmanuel Macron, saludó el resultado como una rotunda confirmación del papel de Francia en el Indo-Pacífico, y anunció negociaciones sobre el futuro estatus del territorio. Los activistas separatistas expresaron su decepción o resignación.

Habían instado a retrasar la votación debido a la pandemia, y estaban enfadados por lo que decían eran esfuerzos del gobierno francés para influir en la campaña. Por ello, pidieron a sus partidarios que no acudieran a los centros de votación.

Y así fue. Los resultados oficiales mostraron que el 96% de los participantes eligieron quedarse en Francia. La participación global fue de sólo el 42%, menos de la mitad de los que se presentaron en el anterior referéndum de independencia del año pasado, en el que el apoyo a la ruptura fue del 46,7%.

“Esta noche somos franceses y lo seguiremos siendo. Ya no es negociable”, dijo Sonia Backes, presidenta de la región de la Provincia del Sur y ferviente fidelista.

La votación fue supervisada por la ONU y las potencias regionales, en medio de los esfuerzos globales hacia la descolonización y en medio de la creciente influencia china en la región. Nueva Caledonia, colonizada por el sobrino de Napoleón en el siglo XIX, es un vasto archipiélago de unos 270.000 habitantes al este de Australia que se encuentra 10 husos horarios por delante de París – y alberga una base militar francesa.

“Esta noche Francia es más bella porque Nueva Caledonia ha decidido quedarse”, dijo Macron en un discurso televisado a nivel nacional.

No se refirió al boicot. Tras señalar que el electorado “sigue profundamente dividido”, Macron prometió “respeto por todos los caledonios”, incluidos los que votaron por la separación.

La votación del domingo fue la tercera y última de un proceso de descolonización que duró décadas y que tuvo su origen en la violencia de 1988, que llevó al gobierno francés a conceder a Nueva Caledonia una amplia autonomía bajo el Acuerdo de Numea. El proceso pretendía resolver las tensiones entre los canacos nativos que buscaban la independencia y los que querían que el territorio siguiera formando parte de Francia.

El proceso no termina con el último referéndum. El Estado, los separatistas y los no separatistas tienen ahora 18 meses para negociar un nuevo estatus para el territorio y sus instituciones dentro de Francia.

“Estamos llegando a una nueva etapa”, ha dicho Macron, que ha pedido que se negocien nuevas estructuras para gestionar las crisis sanitarias, impulsar la economía, mejorar los derechos de las mujeres y proteger el medio ambiente del cambio climático, una de las principales preocupaciones de este territorio insular.

Una advertencia de tormenta tropical también mermó el entusiasmo por la votación. Las colas salían de algunos colegios electorales, mientras el viento azotaba las palmeras que bordeaban las calles de la capital regional, Noumea. Pero la participación en otros apenas fue un goteo.

La pregunta formulada a los ciudadanos en los 307 colegios electorales del archipiélago era: “¿Quiere que Nueva Caledonia obtenga la plena soberanía y se independice?”. Se exigieron máscaras y medidas de distanciamiento social.

La campaña y el día de la votación fueron inusualmente tranquilos debido al llamamiento al boicot.

En el primer referéndum de este tipo, celebrado en 2018, el 43,6% de los votantes apoyó la independencia, y el 46,7% la favoreció en una segunda votación celebrada en 2020. Aunque el apoyo al “sí” parecía crecer, el primer brote de coronavirus de la región, en septiembre, desbarató el debate político. Hasta entonces, Nueva Caledonia había sido uno de los pocos lugares libres de virus que quedaban en el planeta.

En noviembre, el archipiélago había registrado 271 muertes por COVID-19, y el Senado regional decretó un año de luto tradicional canaco. Los independentistas consideraron que no podían hacer campaña por respeto a sus muertos, y exigieron que se pospusiera el referéndum.

Pero los grupos pro-franceses insistieron en que la votación debía celebrarse como estaba previsto para acabar con la incertidumbre sobre el futuro de Nueva Caledonia e impulsar sus perspectivas económicas. Los activistas independentistas anunciaron que se negarían a participar, acusando al gobierno de París de imponer la fecha del referéndum y de violar la neutralidad al publicar un documento que se considera que arroja una luz negativa sobre las consecuencias de la independencia.

Francia está tratando de consolidar su presencia en la región del Indo-Pacífico después de perder un contrato multimillonario de submarinos debido a la asociación que Australia formó con Estados Unidos y el Reino Unido. El proyecto de submarinos negociado en secreto, anunciado en septiembre y destinado a contrarrestar las ambiciones chinas en la región, fue un gran golpe para Francia. Nueva Caledonia alberga una de las dos bases militares francesas en el Pacífico.

Macron dijo que la votación enviaba un mensaje importante para la región del Indo-Pacífico, mientras ésta sufre una “recomposición” y se enfrenta a “fuertes tensiones”.

La ONU ha apoyado el proceso de descolonización de Nueva Caledonia y ha enviado observadores electorales para supervisar la votación del domingo. El Foro de las Islas del Pacífico también envió una delegación para observar la votación.

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Angela Charlton en París contribuyó.

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