Los funcionarios de la ciudad de la Bahía han arruinado el espíritu navideño en la Avenida de los Eucaliptos, dicen los vecinos
Los funcionarios de la ciudad de San Carlos están siendo pintados como los Grinches que robaron el espíritu navideño en la Avenida Eucalyptus, una calle conocida en toda el Área de la Bahía como un lugar para ver casas engalanadas para las fiestas.
El tramo de dos manzanas de esta ciudad peninsular se ha hecho tan popular a lo largo de los años que la ciudad ha aprobado gastar más de 100.000 dólares este año y el próximo en policía y seguridad adicionales, permisos, aseos portátiles, cubos de basura y barricadas. Según el San Mateo Daily Journal, la policía y la seguridad costarán 32.000 dólares, el personal de seguridad 17.000 dólares, los dispositivos de control del tráfico 50.000 dólares, y los aseos portátiles y la retirada de la basura 11.500 dólares.
Aunque estas medidas adicionales pueden parecer perfectamente razonables teniendo en cuenta las multitudes que acuden a ver las exhibiciones navideñas, han terminado por restar espíritu navideño a los vecinos que dedican mucho tiempo y dinero a decorar sus casas.
“Gracias, líderes de la ciudad por arruinar más el encanto de San Carlos”, reza una pancarta expuesta en 1957 Eucalyptus Ave. Justo al lado, en la avenida Eucalyptus 1963, se han colocado aseos portátiles y barricadas.
“Durante los últimos 30 años, he disfrutado y me he enorgullecido de poner las luces de Navidad con todos mis vecinos de Eucalyptus”, dice un folleto. “Hemos invertido innumerables horas, dinero y energía en la creación de estos despliegues de luces para que todos los disfruten y nos ha encantado compartir las fiestas con todos. Desafortunadamente, mi casa resulta ser la ÚNICA ganadora de los muchos cambios nuevos de este año (Porta Potties, cubos de basura y barricadas); un verdadero cambio respecto a ganar el “Best of Holiday Lights” de un evento patrocinado por la ciudad hace 20 años.”
El residente señala que la congestión causada por la ubicación de los baños portátiles y las barricadas obliga a los peatones a caminar hacia el tráfico.
“Así que, con el corazón encogido, dejaré mis luces apagadas hasta que se resuelvan estos problemas de seguridad y no pretendo volver a participar en el futuro”.
La carta termina con una lista de funcionarios de la ciudad, incluida la alcaldesa Sara McDowell, y sus direcciones de correo electrónico.