La incertidumbre de las elecciones en Malasia se alarga mientras el partido titubea
KUALA LUMPUR, Malasia (AP) – La coalición que lleva más tiempo en el poder en Malasia dijo el lunes que no ha decidido a qué bloque apoyar después de que las elecciones divididas del fin de semana no dejaran a ninguno con suficientes escaños para formar un gobierno por sí solo.
El anuncio del Frente Nacional ha prolongado la incertidumbre electoral. El rey Sultán Abdullah Sultan Ahmad Shah amplió en un día el plazo de las 14:00 horas para que los líderes políticos presenten su elección para primer ministro y una alianza que represente una mayoría parlamentaria.
El bloque reformista del líder de la oposición, Anwar Ibrahim, obtuvo 82 escaños en el Parlamento federal, muy lejos de los 112 necesarios para la mayoría simple. La alianza nacionalista malaya, liderada por el ex primer ministro Muhyiddin Yassin, se quedó atrás con 73 escaños, pero se ha asegurado el apoyo de los bloques de dos estados de la isla de Borneo, que suman 28 escaños.
El Frente Nacional, liderado por la Organización Nacional de Malayos Unidos, había gobernado desde la independencia de Malasia de Gran Bretaña en 1957, pero sufrió una sorprendente derrota en los comicios de 2018 ante el bloque de Anwar. Su plan para una fuerte remontada se vio truncado tras ganar sólo 30 escaños en las elecciones del sábado, ya que muchos malayos étnicos abandonaron el partido manchado de corrupción por el bloque de Muhyiddin.
Anwar dijo en una conferencia de prensa que las dos partes habían mantenido conversaciones sobre un “gobierno de unidad” que se centraría en la buena gobernanza y el fortalecimiento de la economía, pero que el Frente Nacional quería más tiempo para considerarlo. Señaló que su bloque no sólo fue el más grande, sino que también ganó el voto popular con más de un millón de votos más que su rival más cercano.
“Sigo siendo muy optimista de que podremos formar un gobierno más transparente, más democrático para salvaguardar los intereses” del pueblo, dijo Anwar.
Pero cualquier posible acuerdo puede verse obstaculizado por una división en el Frente Nacional.
El bando de Muhyiddin afirmó que 18 legisladores del Frente Nacional están de su lado. Después de que el rey ampliara el plazo para los partidos políticos, la Alianza Nacional dijo en un comunicado que ya había entregado a palacio los juramentos escritos de más de 112 legisladores para apoyar a Muhyiddin como próximo primer ministro, lo que le daría la mayoría.
Sin embargo, el presidente de la UMNO, Ahmad Zahid Hamidi, dijo que cualquier declaración de legisladores individuales que apoyen a algún bloque no es válida porque la decisión debe ser tomada colectivamente por el máximo órgano de decisión de la coalición. Cualquiera que vaya en contra puede ser destituido, advirtió.
Zahid, que se enfrenta a decenas de cargos de corrupción, se enfrenta a una revuelta dentro de su partido en medio de crecientes llamamientos para que dimita y asuma la responsabilidad de las pérdidas electorales. Algunos legisladores que ganaron han expresado abiertamente su apoyo al bloque de Muhyiddin, pero otros han advertido que reactivar esa alianza puede llevar a repetir las luchas internas que provocaron la agitación política.
Hishammuddin Hussein, vicepresidente de la UMNO, emitió un comunicado en Facebook para reiterar su negativa a apoyar el bloque de Anwar. “Estoy dispuesto a ser despedido por el partido, pero nunca cambiaré esta firme postura”, dijo.
Cualquier acuerdo tendrá que ser aprobado por el sultán Abdullah. El papel del rey es en gran medida ceremonial en Malasia, pero nombra como primer ministro a la persona que cree que tiene el apoyo mayoritario del Parlamento.
El escenario actual es una repetición de lo ocurrido en 2020, cuando Muhyiddin abandonó la alianza de gobierno de Anwar, provocando su colapso, y se unió a la UMNO para formar un nuevo gobierno. El sultán Abdullah pidió entonces el juramento por escrito de los 222 legisladores y luego los entrevistó por separado antes de elegir a Muhyiddin como primer ministro. Pero su gobierno se vio acosado por rivalidades internas y Muhyiddin dimitió al cabo de 17 meses.
El resultado de las elecciones del sábado sorprendió a muchos malasios que esperaban estabilidad y unidad después de la agitación política que ha visto a tres primeros ministros desde los comicios de 2018.
La alianza de Muhyiddin entró en las urnas el sábado como un perdedor, pero disfrutó de una inesperada oleada de apoyo. Su aliado de línea dura es el Partido Islámico Panmalayo, el mayor ganador con un botín de 49 escaños, más del doble de lo que obtuvo en 2018. Conocido como PAS, pregona la sharia, gobierna tres estados y es ahora el partido más grande. Su ascenso ha avivado el temor a una mayor islamización del país.
Muchos malayos rurales, que constituyen dos tercios de los 33 millones de habitantes de Malasia -que incluye grandes minorías de etnia china e india- temen perder sus derechos con un mayor pluralismo bajo la alianza multiétnica de Anwar. Esto, junto con la corrupción en la UMNO, ha beneficiado al bloque de Muhyiddin.