El Parlamento francés debatirá el proyecto de reforma de las pensiones de Macron
PARÍS (AP) – Los impopulares cambios previstos en las pensiones del presidente francés Emmanuel Macron han provocado huelgas y manifestaciones callejeras en las últimas semanas. Ahora, su gobierno se enfrenta a una dura batalla política en el parlamento.
La Asamblea Nacional comienza este lunes a debatir el cuestionado proyecto de ley, que elevaría notablemente la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años. La sesión parlamentaria se celebra un día antes de una tercera ronda de protestas convocadas por ocho de los principales sindicatos de trabajadores. El sábado están previstas más manifestaciones.
Macron prometió seguir adelante con los cambios, que describió la semana pasada como “indispensables si se compara con (otros países) de Europa.”
Frente a las encuestas de opinión que muestran repetidamente que una creciente mayoría de la gente está en contra de la reforma, y su propia popularidad disminuyendo, Macron argumenta que fue una promesa electoral clave que hizo cuando fue reelegido en abril -y ya cuando llegó al poder en 2017- y por lo tanto hace que sea legítimo para él seguir adelante con los cambios.
Sin embargo, los líderes de la oposición de izquierda dicen que muchos votantes lo eligieron para rechazar a su rival de extrema derecha Marine Le Pen en la segunda vuelta del año pasado, aunque no están de acuerdo con su plataforma electoral.
Se calcula que la semana pasada salieron a la calle 1,27 millones de personas, según las autoridades, más que en la primera gran jornada de protestas, el 19 de enero. Sindicatos y opositores políticos esperan que la movilización masiva obligue al gobierno a revisar sus planes.
La Primera Ministra, Elisabeth Borne, declaró que “pedimos a los franceses un esfuerzo colectivo. Comprendo que provoque reacciones, reticencias y preocupaciones”, en una entrevista concedida el domingo al diario Journal du Dimanche. La ministra argumentó que el plan pretende “salvar” el sistema de pensiones francés, que previsiblemente entrará en déficit en la próxima década debido al envejecimiento de la población.
Más de 20.000 enmiendas han sido propuestas por legisladores de la oposición en la Asamblea Nacional, en su mayoría por la coalición de izquierdas Nupes, cuyos miembros pretenden demostrar su vehemente oposición.
En las elecciones parlamentarias de junio, la alianza centrista de Macron obtuvo el mayor número de escaños, pero perdió la mayoría en la Asamblea Nacional.
La situación llevó a los centristas a intentar forjar una alianza con el partido Los Republicanos sobre los cambios en las pensiones, ya que los conservadores en los últimos años han presionado para aumentar la edad de jubilación y parecen inclinados a votar a favor del proyecto de ley.
Eric Ciotti, presidente de Los Republicanos y legislador, dijo en una entrevista el sábado con el diario Le Parisien que una “muy amplia mayoría” de los conservadores lo aprobará con la condición de que el gobierno escuche sus “propuestas precisas”.
Este escenario permitiría que el texto fuera aprobado tanto en la Asamblea Nacional como en el Senado, donde Los Republicanos tienen mayoría.
El proyecto de ley aumentaría gradualmente la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años de aquí a 2030 y aceleraría una medida prevista que establece que las personas deben haber trabajado al menos 43 años para tener derecho a una pensión completa. También elevaría la pensión mínima para una carrera profesional completa a 1.200 euros (1.298 dólares) al mes, entre otras medidas.
Permitiría la jubilación anticipada a quienes hayan empezado a trabajar entre los 16 y los 19 años, y a los trabajadores con problemas graves de salud.
En respuesta a una demanda de Los Republicanos, Borne declaró al semanario Journal du Dimanche que está de acuerdo con ampliar la jubilación anticipada a quienes hayan empezado a trabajar a los 20 años y, por tanto, podrían retirarse a los 63.
Algunos obstáculos técnicos también podrían interponerse en los planes de Macron.
En lugar de un proyecto de ley ordinario, el Gobierno optó por introducir los cambios a través de un proyecto de ley de presupuestos de la Seguridad Social, lo que acelera el proceso legislativo.
Si la Asamblea Nacional no celebra una votación durante la primera audiencia prevista para el 17 de febrero, el proyecto de ley sería enviado al Senado. Y si ambas cámaras no consiguen votar antes de un plazo de 50 días que finaliza en marzo, el gobierno tendría derecho a aprobar la medida mediante decretos.
Sin embargo, los expertos afirman que el uso de tal poder aplicado a una reforma de gran calado podría ser ampliamente percibido como una negación del debate democrático en el Parlamento.
Además, si se aprueba el proyecto de ley, se espera que el Consejo Constitucional se pronuncie tanto sobre el proceso como sobre el fondo del texto, posiblemente reduciendo el alcance de los cambios si considera que no se ajustan a un proyecto de ley presupuestaria.