BEIJING (AP) – El líder chino Xi Jinping señaló el domingo que su gobierno mantendrá las políticas que lo han enfrentado con Estados Unidos y otras naciones y que han profundizado el control del Partido Comunista sobre la economía y la sociedad.
Xi, en su intervención en la apertura de un congreso del partido que se espera le otorgue un tercer mandato de cinco años, ensalzó los logros de los últimos cinco años y dijo que el partido se esforzará por lograr lo que llama el “rejuvenecimiento” de la nación.
“Nuestro futuro es brillante, pero todavía tenemos un largo camino que recorrer”, dijo Xi a los más de 2.000 delegados que asistieron a la inauguración, celebrada en el enorme Gran Salón del Pueblo que domina la plaza de Tiananmen en el centro de Pekín.
“Debemos fomentar un sentido más firme del propósito, la fortaleza y la autoconfianza en todo el partido y el pueblo chino para que no podamos dejarnos llevar por falacias, disuadirnos por la intimidación o acobardarnos por la presión”, dijo.
Un tercer mandato de Xi rompería con los precedentes recientes y lo consolidaría aún más como el político chino más poderoso desde Mao Zedong.
Xi pidió más inversiones en el ala militar del partido, el Ejército Popular de Liberación, y reafirmó que China no descartará el uso de la fuerza para poner la isla autónoma de Taiwán bajo su control.
“La reunificación definitivamente debe lograrse y la reunificación definitivamente se logrará”, dijo.
Taiwán y China se separaron durante una guerra civil en 1949 que llevó a los comunistas al poder en China. Muchos taiwaneses rechazan el término “reunificación”, diciendo que nunca formaron parte de la China comunista.
Con la permanencia de Xi, se prevén pocos cambios en la política económica y exterior de China, así como en su intolerancia a las críticas y su enfoque de línea dura respecto a la COVID-19, que incluye cuarentenas y prohibiciones de viaje.
Xi defendió la respuesta a la pandemia, diciendo que “puso a la gente y sus vidas por encima de todo”.
El congreso de una semana de duración, el 20º en la historia del centenario partido, se produce en un momento en el que la economía se enfrenta a importantes vientos en contra debido a una fuerte desaceleración inmobiliaria, la guerra en Ucrania y el peaje económico en el turismo, el comercio minorista y la industria manufacturera por las restricciones del COVID-19.
Como ocurre con la mayoría de los acontecimientos políticos chinos, se ha divulgado poca información de antemano y el resultado no se anunciará hasta el próximo fin de semana, tras días de sesiones a puerta cerrada.
Es probable que el congreso apruebe una enmienda a sus estatutos que podría elevar aún más el estatus de Xi como líder.
El portavoz del congreso, Sun Yeli, ofreció pocos detalles en una conferencia de prensa el sábado. Dijo que los cambios “cumplirían con los nuevos requisitos para avanzar en el desarrollo y el trabajo del partido ante las nuevas circunstancias y las nuevas tareas.”
El anterior congreso de 2017 incorporó la ideología de Xi, conocida como Pensamiento Xi Jinping, a la constitución del partido. La ideología es vaga, pero enfatiza la reactivación de la misión del partido como líder político, económico, social y cultural de China y su papel central en la consecución del rejuvenecimiento nacional.
Xi, que lleva 10 años como líder, ya ha acumulado un gran poder, poniéndose al frente de los asuntos internos, la política exterior, el ejército, la economía y la mayoría de los demás asuntos clave a través de los grupos de trabajo del partido que dirige.
Bajo su liderazgo, el país ha ampliado su presencia mundial al tiempo que ha reforzado los ya estrictos controles sobre la información y la disidencia. La semana pasada, una inusual protesta pública en la que se colgaron pancartas atacando a Xi y a la política COVID-19, fue rápidamente borrada de Internet y se anuló cualquier debate al respecto.
Xi presentó como logros las políticas chinas hacia Taiwán y el Hong Kong semiautónomo que han sido duramente criticadas por Estados Unidos y otras democracias.
Dijo que las medidas adoptadas tras las grandes protestas en Hong Kong en 2019 habían restaurado el orden y garantizado que está gobernado por patriotas. Su gobierno impuso una ley de seguridad nacional en la ciudad que prácticamente ha eliminado las voces de la oposición y las demandas de democracia.