KABUL, Afganistán (AP) – El máximo responsable de la ONU en Kabul se reunió el lunes con un ministro del gobierno talibán en la capital de Afganistán, tras la decisión de los nuevos gobernantes del país de prohibir a las mujeres trabajar para organizaciones no gubernamentales, según informó la misión de la ONU.
La prohibición ya ha provocado que cuatro importantes organismos internacionales de ayuda suspendan sus operaciones en Afganistán, lo que aumenta la posibilidad de que millones de personas se queden sin alimentos, educación, atención sanitaria y otros servicios críticos durante los duros meses de invierno.
Los responsables humanitarios han advertido de que excluir a las mujeres del trabajo de las ONG tendrá consecuencias catastróficas para la población, al privarles de una ayuda que puede salvar vidas.
La medida -la última de las restricciones a los derechos y libertades de las mujeres en Afganistán- fue anunciada el sábado por Qari Din Mohammed Hanif, ministro de Economía talibán. Se impuso supuestamente porque algunas empleadas de ONG en Afganistán no llevaban correctamente el pañuelo islámico, o hiyab.
Hanif dijo entonces que se revocaría la licencia de cualquier organización que no cumpliera la orden.
La misión de la ONU en Afganistán dijo en un tweet que su jefe en funciones, Ramiz Alakbarov, se reunió con Hanif el lunes y pidió la revocación de la prohibición.
“Millones de afganos necesitan ayuda humanitaria y eliminar las barreras es vital”, dijo la ONU, sin dar más detalles sobre la reunión.
Las cuatro agencias de ayuda detuvieron sus operaciones en Afganistán, diciendo que no podían llegar eficazmente a las personas en necesidad desesperada sin su fuerza de trabajo femenina.
Save the Children, el Comité Internacional de Rescate, el Consejo Noruego para los Refugiados y CARE han estado prestando servicios esenciales y apoyo en medio del desplome de las condiciones de vida.
Islamic Relief declaró que su personal femenino era vital para proporcionar asistencia sanitaria básica, alimentos y apoyo a viudas y huérfanos. Debido a la prohibición, Islamic Relief ha suspendido temporalmente en Afganistán las actividades no destinadas a salvar vidas, aunque seguirá prestando asistencia sanitaria para salvar vidas.
La toma del poder por los talibanes a mediados de agosto de 2021, cuando las fuerzas estadounidenses y de la OTAN se encontraban en las últimas semanas de su retirada tras 20 años de guerra, hundió la economía afgana y transformó el país, sumiendo a millones de personas en la pobreza y el hambre. La ayuda exterior se interrumpió casi de la noche a la mañana.
Las sanciones impuestas a los dirigentes talibanes, que incluyen el cese de las transferencias bancarias y la congelación de miles de millones en activos extranjeros de Afganistán, ya han restringido el acceso a las instituciones mundiales. Los fondos de las agencias de ayuda contribuyeron a apuntalar la economía del país, dependiente de la ayuda, antes de la toma del poder por los talibanes.
Qatar, que desempeñó un papel clave en la facilitación de las negociaciones que condujeron a la retirada de las fuerzas estadounidenses de Afganistán el año pasado, expresó el domingo su preocupación por la prohibición impuesta a las ONG “con el pretexto” de que algunas empleadas no respetaban el código de vestimenta islámico establecido por el gobierno para las mujeres.
La Organización de Cooperación Islámica afirmó que los derechos fundamentales de las mujeres afganas habían sufrido “otro duro golpe” tras la orden. Su secretario general, Hissein Brahim Taha, dijo que la medida reflejaba una “política deliberada … que aparentemente busca afectar aún más los derechos de las mujeres afganas”.
A principios de la semana pasada, las autoridades talibanes de Afganistán suspendieron la educación universitaria para las mujeres, lo que provocó la indignación internacional y manifestaciones en ciudades afganas.
La seguridad en Kabul se intensificó en los últimos días, con un mayor número de puestos de control, vehículos blindados, fuerzas especiales talibanes y agentes armados en las calles.
El Ministerio del Interior del gobierno talibán y el jefe de la policía de Kabul no estuvieron inmediatamente disponibles para hacer comentarios sobre el refuerzo de la seguridad.