Flrededor de su “cueva”, con su túnica de lino añil, Risa Mickenberg quema incienso de sándalo. Su cabello plateado y rebelde contrasta con la santidad de su ritual. Los ordenadores y los teléfonos no se ven por ninguna parte. El único sonido que se oye es el zumbido del radiador. Varios trozos de madera con […]Read More