Las ostras frescas, aún metidas en sus conchas, pueden intimidar a los menos experimentados. Incluso armado con el conocimiento de cómo liberar la carne del bivalvo, los primeros intentos pueden fácilmente hacer que uno desee dejar la tarea a los pelacables experimentados. Sin embargo, con la práctica, la tarea será menos abrumadora y podrá desvainar […]Read More