En una tranquila y neblinosa mañana de agosto de 1961, Frank Urbancic estaba sentado en el asiento trasero del auto de su amigo, tratando de entender la escena inusual que se desarrollaba frente a él: Cientos y cientos de pájaros cubrían el camino, y él no No sé por qué. Por lo demás, fue un […]Read More