Tan pronto como los platos de pollo frito muy caliente golpean nuestro hule a cuadros blancos y rojos, estamos cavando, maldita sea, las quemaduras en la boca. No podemos evitarlo. El aroma es demasiado tentador, y debajo del exterior crujiente, este pollo es tan tierno, tan sabroso. Resulta que estamos llevando a cabo una tradición […]Read More