JERUSALÉN (AP) – Jalal al-Masri y su esposa gastaron ocho años y los ahorros de toda su vida en tratamientos de fertilidad para tener a su hija, Fatma. Cuando se le diagnosticó un defecto cardíaco congénito en diciembre, esperaron otros tres meses para obtener un permiso israelí que les permitiera llevarla a un tratamiento fuera […]Read More