Érase una vez, los niños del Área de la Bahía podían visitar el Polo Norte. Escondido en las montañas de Santa Cruz, había renos de verdad y tazas calientes de chocolate. Y Santa Claus, por supuesto, exuberante y lleno de alegría, supervisando su taller de bulliciosos elfos. Estaba abierto trescientos sesenta y cuatro días al […]Read More