El atleta estadounidense de esqueleto Andrew Blaser odió su deporte durante años, pero valoró cómo los dos minutos que pasaba deslizándose de cabeza por su pista de hielo le permitieron escapar de la doble vida que llevaba: una como aspirante a olímpico y otra como hombre que no podía admitir verbalmente que era gay. “Siempre […]Read More