MADRID (AP) – Una unidad de inteligencia antiterrorista interrogó el viernes a un sospechoso acusado de matar con un machete a un funcionario de una iglesia católica y de herir a otras cuatro personas, entre ellas un sacerdote, en la ciudad meridional de Algeciras, informó la agencia nacional de policía española.
La Policía Nacional española pidió dos días más para interrogar en Madrid al sospechoso marroquí de 25 años antes de que tenga que comparecer ante un juez, como permite la legislación antiterrorista. La solicitud de prórroga fue concedida hasta el lunes por la tarde, según confirmó la Audiencia Nacional española.
El sospechoso, identificado por las autoridades como Yassine Kanjaa, fue trasladado a la capital y entregado a la Comisaría General de Información, una unidad de inteligencia de la policía española que supervisa los casos de terrorismo interno.
Kanjaa está acusado de matar al sacristán Diego Valencia después de que preparara la misa del miércoles por la noche en la iglesia de Nuestra Señora de La Palma. Además, se le acusa de herir a un sacerdote y a otras tres personas en otra iglesia de Algeciras. La familia de Valencia y políticos locales asistieron el viernes a su funeral en la multicultural ciudad del sur.
La Audiencia Nacional española dijo que Kanjaa estaba acusado de terrorismo tras “agredir a varias personas con un machete de grandes dimensiones, causando la muerte de una de ellas y heridas a otras cuatro”, según un comunicado del tribunal.
Un alto cargo de la policía con conocimiento directo del caso confirmó a The Associated Press que una investigación inicial mostró pruebas de la “inestabilidad psicológica” del sospechoso y de su “reciente radicalización”. Los medios de comunicación españoles informaron primero de las conclusiones preliminares.
“Por ahora, no tenemos pruebas de vínculos con grupos yihadistas. Por ahora, no tenemos pruebas de vínculos personales con otras personas de carácter islamista”, dijo el funcionario, que no estaba autorizado a discutir detalles de la investigación. “Pero la investigación no ha hecho más que empezar”.
Mientras tanto, en un caso separado el viernes, la policía española dijo que en una operación conjunta con el FBI había detenido a un ciudadano español de origen marroquí por presuntos delitos de terrorismo en la ciudad nororiental de Girona.
El sospechoso se encontraba “en un avanzado proceso de radicalización yihadista”, según un comunicado policial, y mostraba su apoyo al grupo Estado Islámico a través de perfiles online.
También utilizaba Internet para “obtener manuales para entrenarse en el uso de armas y explosivos”, añade el comunicado. El día de su detención, había buscado en Internet cómo llevar a cabo apuñalamientos y atentados con armas blancas, añadía.
Algeciras, donde se produjeron los atentados de la iglesia del miércoles, es una ciudad portuaria cosmopolita y el primer punto de llegada de muchos barcos y transbordadores procedentes del norte de África, lo que la sitúa en el centro de los debates españoles sobre la inmigración irregular.
España celebra elecciones generales este año. Los partidos de derechas han aprovechado una orden de expulsión de Kanjaa emitida en junio de 2022 que nunca llegó a ejecutarse.
Funcionarios del Gobierno de izquierdas y medios de comunicación han criticado al jefe del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, por decir el jueves que “hace siglos que un católico o cristiano no mata en nombre de su religión o de sus creencias”, antes de añadir: “Y hay otros países que tienen ciudadanos que lo hacen”.
Más de 880.000 marroquíes viven en España, según las estadísticas del Gobierno, lo que representa la nacionalidad más numerosa entre los extranjeros residentes.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha dado prioridad a las relaciones con Marruecos en los últimos meses. España y Marruecos han colaborado estrechamente en cuestiones de seguridad, y Sánchez tiene previsto viajar a Rabat la próxima semana para reunirse con el rey de Marruecos.
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Parra informó desde Roma.