Después de haber rejuvenecido el misterio de asesinatos a lo Agatha Christie en la gran pantalla con Knives Out y Cebolla de cristal, Rian Johnson intenta resucitar el procedimiento televisivo del asesinato de la semana con Poker Face.
Estrenada el 26 de enero, la serie de diez capítulos de Peacock está protagonizada por Muñeca Rusa‘s Natasha Lyonne, interpretando una variación moderna del detective de homicidios Columbo de Peter Falk. Gracias a la divertida y carismática interpretación de su protagonista, a un montón de estrellas invitadas y a una colección de ingeniosos rompecabezas invertidos, es una vuelta atrás que confirma la vitalidad duradera de las fórmulas probadas.
Como Columbosu inspiración más clara, Poker Face desvela la identidad del asesino de cada episodio, para luego rebobinar y detallar la relación de su protagonista con el caso y el éxito de su resolución. Sin embargo, su heroína no es una agente de la ley, sino que Charlie Cale (Lyonne) se presenta como camarera en el Casino Frost, regentado por Sterling Frost Jr. (Adrien Brody), que tomó el control del local de manos de su respetado y temido padre, y que está desesperado por acabar con su reputación de nepo-bebé metepatas.
Para conseguirlo, planea estafar a un gran apostador que organiza partidas privadas en su sala. Para ello, necesita a Charlie, quien, a pesar de su baja posición actual, tiene una habilidad especial y muy valiosa: Ella es un detector de mentiras humano que puede instintivamente decir cuando alguien está siendo engañoso.
El don de Charlie es un truco mágico que le permite descubrir fraudes y atrapar asesinos por un atajo, y disfrutar de una experiencia única. Cara de Póquerhay que suspender la incredulidad sobre su habilidad sobrenatural. Esto es razonablemente fácil de hacer dada la actuación de Lyonne, que destila la mezcla característica de la actriz de arrogancia, cansancio del mundo y gruñidez de viejo, todo ello evocado por su voz ronca, su postura de hombre cualquiera y su afición a hacer referencia a películas y canciones de hace décadas (por ejemplo: en relación con un programa de radio, bromea diciendo que no estaba escuchando “como si fuera Gene Hackman o algo así”).
La Charlie de Lyonne es simpática y curiosa, pero también segura de sí misma y siempre atenta a las falsificaciones. Y al igual que su predecesor espiritual Columbo, tiene un eslogan para cuando da con la verdad: “Mentira”.
Como pronto descubrimos, Charlie es una antigua tahúr a la que le encanta el Coors Light y que fue rescatada de los problemas por el padre de Sterling, y se encuentra de nuevo en medio del peligro cuando acepta el trato de Sterling al mismo tiempo que su amiga Natalie (Dascha Polanco), ama de llaves del Casino Frost, es asesinada junto a su maltratador marido Jerry (Michael Reagan).
Dado que la pareja ya había tenido un encontronazo en el casino, las autoridades suponen que se trata de una disputa doméstica que se ha vuelto trágica. En ese momento, sin embargo, Poker Face ya ha mostrado la muerte de Natalie a manos de Sterling y su jefe de seguridad Cliff (Benjamin Bratt), todo porque ella vio algo en el ordenador del apostador que se suponía que no debía ver. La naturaleza de esa imagen no tiene importancia; es el MacGuffin de la historia. Sin embargo, demostrar que Natalie no fue víctima de su patán esposo se convierte rápidamente en el principal objetivo de Charlie, gracias a su astuta intuición y a las pistas que la llevan a conclusiones alternativas.
Johnson escribió Poker Facey dirige los dos primeros capítulos. La confianza de la narración de la serie es tan fuerte -cortesía de un diálogo rat-a-tat-tat, caracterizaciones agudas y una trama ágil- que establece inmediatamente su ritmo guía. Desde los títulos de crédito iniciales hasta los cortes de la banda sonora clásica de rock de yate, pasando por el trabajo de cámara y la estructura editorial, la serie hace gala de una estética distintiva de los años setenta y ochenta, incluso cuando adopta su entorno actual integrando los teléfonos móviles e Internet en sus historias.
Se trata de un suave híbrido entre lo antiguo y lo moderno, personificado por Lyonne, que no imita a sus antepasados detectivescos, sino que canaliza su sagacidad desenfadada -compensada por su incapacidad ocasional para encontrar términos o descripciones básicas-, al tiempo que proyecta una marca muy contemporánea de astucia ingeniosa.
Debido a las consecuencias de su treta con Sterling, Charlie se ve obligada a huir, lo que le permite… Poker Face una razón para que su protagonista se mueva de pueblo en pueblo, recogiendoque invariablemente la colocan en medio de un nuevo misterio. La persecución de Charlie por parte de Cliff da a la serie un hilo narrativo que la une, pero la serie es deliberadamente episódica por naturaleza y, al igual que sus antecesoras, puebla sus entregas con caras conocidas que interpretan a tipos pintorescos.
En una franja de autopista de Nuevo México dominada por un Subway, un taller mecánico y una gasolinera, Charlie entabla amistad con un camionero interpretado por Hong Chau. En una visita inesperada a una barbacoa tejana, se encuentra con un sombrío restaurador encarnado por Lil Rel Howery. Chloë Sevigny, en el papel de una estrella del rock en decadencia, y Ellen Burstyn y Tim Meadows, como actores fracasados, también se cruzan en el camino de Charlie. TV Guide.
Poker Face no quiere reinventar la rueda; en una línea similar al Knives Out su objetivo es resucitar un género que ha caído en desgracia sin más razón que la volubilidad de los gustos y las modas. Charlie no es un personaje profundo pero, como en el caso de Angela Lansbury Murder She Wrote novelista y Tony Shalhoub de Monk Johnson y compañía le preparan una serie de intrincados rompecabezas para que los resuelva en cada parada de su zigzagueante odisea a través del país.
Además, el guión de la serie es vibrante y dinámico, lleno de divertidas ocurrencias y referencias a la cultura pop que van desde Charlie, que nombra a Felix Unger, y Road House hasta -quizá lo más gracioso de todo- un maestro de boxeo que cambia de opinión gracias a un único visionado de la película de Bong Joon Ho Okja.
A través de sus seis primeros episodios (que fueron todos los que se facilitaron a la prensa), Poker Face se embarca en un cómodo viaje a través de un salvaje y diverso paisaje americano marcado por residencias de ancianos, cenas-teatro, clubes de heavy metal y emisoras de radio de mala muerte. Es un viaje con altibajos, y sin duda los habrá, dependiendo de qué luminaria de Hollywood aparezca en cada lugar. Sin embargo, con Lyonne y Johnson al timón, la serie demuestra ser una apuesta por el estilo, la actitud y las convenciones de la vieja escuela que siempre da sus frutos.
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