Esta historia contiene descripciones de violencia doméstica y violación.
La muerte del actor William Hurt hizo resurgir las acusaciones de sus ex parejas Marlee Matlin y Sandra Jennings de que abusaba físicamente de las mujeres en su vida.
Ahora, otra ex amante habla de su experiencia de haber sido supuestamente maltratada por el ganador del Oscar, cuya carrera no se vio afectada por las historias de violencia cruel.
En un ensayo para Variety, la escritora y activista contra la violencia doméstica Donna Kaz revive cómo su romance con él a finales de los años 70 se convirtió en una tortura que sólo terminó cuando él la dejó cuando su carrera despegó.
Kaz cuenta que, tras conocerse en un restaurante de Manhattan donde ella trabajaba, Hurt la invitó a ir con él a Los Ángeles, donde estaba rodando Estados alterados.
“Vivíamos en un bungalow en la playa de Malibú. En sus días libres nadábamos, nos leíamos poesía y hacíamos el amor. Pero nuestra relación se transformó rápidamente en un ciclo diferente”, escribió.
“Bill se desgañitaba, me empujaba físicamente, me daba puñetazos y me pegaba, seguidos de lágrimas, disculpas y él me ofrecía regalos caros. Cuando empezaban los golpes, yo me desentendía. Él decía que lo sentía. Tal vez yo lo instigara. Sólo tuve que ir a urgencias una vez. Sólo después de muchos, muchos años, me admití a mí misma que era víctima de la violencia doméstica.”
Kaz escribe que siguió en contacto con Hurt después de que éste rompiera con ella en 1980, y que nunca se dio cuenta de que había sido maltratada hasta que empezó a trabajar como voluntaria en una línea de atención a la crisis.
“Mientras otros voluntarios se presentaban como supervivientes, me di cuenta de que yo también lo era”, escribió.
En 1989, Sandra Jennings, que había tenido un hijo con Hurt y lo había demandado por pensión alimenticia, alegó que él la maltrataba física y verbalmente y que la había “golpeado en la cara” cinco días después de dar a luz.
“Se tomaba una copa y tenía un cambio de personalidad”, dijo Jennings en su momento. “Luego, cuando no bebía durante un par de días, se ponía violento. Empecé a verlo, y por eso empecé a ir a las reuniones de Al-Anon. Pero él se negaba rotundamente a hablar de ello en ese momento, o a considerarlo.”
En 2010, Matlin hizo públicas sus historias de abuso a manos de Hurt en sus memorias -recordando cómo él la reprendió en una limusina después de que ella ganara un Oscar, preguntándole: “¿Qué te hace pensar que lo mereces?”
Pero Matlin describió una escena aún más espeluznante que, según ella, se desarrolló cuando Hurt volvió a casa del Broadcast News plató borracho y la despertó.
“Lo siguiente que supe fue que me sacó de la cama, gritándome, sacudiéndome. Tenía miedo, estaba sollozando. Luego me tiró en la cama, empezó a arrancar su ropa y la mía. Yo estaba llorando. ‘No, no, no. Por favor, Bill, no”. Lo siguiente que recuerdo es a Bill embistiendo dentro de mí mientras yo sollozaba”, escribió Matlin
De la última vez que la golpeó, recordó: “La lucha se volvió violenta. Tenía miedo de no sobrevivir. Me liberé y corrí hacia el teléfono… Antes de que pudiera decir nada, Bill me arrancó el teléfono de la mano y lo tiró de golpe”. Ella lo dejó después de eso.
Hurt negó haber abusado de Jennings, pero sobre las acusaciones de Matlin, dijo: “Mi propio recuerdo es que ambos nos disculpamos y ambos hicimos mucho por sanar nuestras vidas. Por supuesto, me disculpé y me disculpo por cualquier dolor que haya causado. Y sé que ambos hemos crecido. Le deseo a Marlee y a su familia todo lo mejor”.
Hurt, que había luchado contra un cáncer de próstata metastásico durante varios años, murió el 13 de marzo, lo que provocó una avalancha de elogios. Kaz dijo que tuvo que “evitar que su recuerdo se sentara a mi lado y me maltratara de nuevo”.
“Al escribir esto tuve que dejarle vivir de nuevo por un momento o dos. Y en ese momento hubo pena, arrepentimiento, rabia y un sueño de reconciliación que nunca será”, escribió.
“Soy ambivalente en cuanto a que mi oportunidad de reconciliación con William Hurt nunca será. Me siento afortunada de haber sobrevivido y de haberle superado. Estoy extasiado de seguir vivo para decir mi verdad”.