LISBOA, Portugal (AP) – Portugal vuelve a imponer restricciones al coronavirus por el temor a la amenaza de la variante omicron, a pesar de que el país tiene una de las tasas de vacunación contra el COVID-19 más altas del mundo.
Con el aumento lento pero constante de las nuevas infecciones diarias, y a pesar de que casi el 87% de la población está totalmente vacunada, el gobierno anunció el martes una nueva serie de restricciones durante las vacaciones, una semana antes de lo previsto.
El primer ministro, António Costa, anunció que a partir de la medianoche del sábado será obligatorio trabajar desde casa y se cerrarán las discotecas y los bares.
Las medidas estarán en vigor al menos hasta el 9 de enero.
Para entrar en cines, teatros, eventos deportivos, bodas y bautizos durante ese periodo será necesario mostrar un resultado negativo en la prueba.
En las medidas excepcionales de Nochebuena y Navidad, así como de Nochevieja y Año Nuevo, se exigirá un resultado negativo para entrar en restaurantes y celebraciones públicas de fin de año.
Y en Nochevieja, no podrán reunirse más de 10 personas en la calle y se prohibirá el consumo de alcohol al aire libre.
“Sabemos que entramos en un periodo especialmente difícil”, dijo Costa en una rueda de prensa, refiriéndose a las subidas de COVID-19 en otros países europeos a causa del omicrono.
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