Netanyahu vuelve a la presidencia de Israel, pero se avecinan problemas

 Netanyahu vuelve a la presidencia de Israel, pero se avecinan problemas

JERUSALÉN (AP) – Después de cinco elecciones que han paralizado la política israelí durante casi cuatro años, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha regresado finalmente al poder con el gobierno que ha codiciado durante tanto tiempo: una mayoría parlamentaria de legisladores religiosos y de extrema derecha que comparten sus opiniones de línea dura hacia los palestinos y su hostilidad hacia el sistema legal de Israel.

Sin embargo, la alegría de Netanyahu puede durar poco. La formación de su coalición resultó ser sorprendentemente complicada, requiriendo casi dos meses de minuciosas negociaciones y una serie de maniobras legales sólo para permitir que sus socios tomaran posesión. Entre ellas: cargos de nueva creación en el Gabinete con amplia autoridad en materia de seguridad y una ley que permite a un político en libertad condicional por una condena penal ser ministro del Gobierno.

Por el camino, se vio obligado a hacer generosas concesiones a sus aliados que incluyen compromisos para ampliar los asentamientos en Cisjordania, propuestas para permitir la discriminación contra las personas LGBTQ y el aumento de las subvenciones para que los hombres ultraortodoxos estudien en lugar de trabajar.

Si estos planes se llevan a cabo, alienarán a gran parte de la opinión pública israelí, aumentarán las posibilidades de conflicto con los palestinos, disgustarán al poderoso estamento de seguridad israelí y pondrán a Israel en rumbo de colisión con algunos de sus aliados más cercanos, entre ellos el gobierno de Estados Unidos y la comunidad judía estadounidense. Incluso los miembros del Partido Likud de Netanyahu se quejan.

Netanyahu ha tratado de restar importancia a las preocupaciones, afirmando que será él quien establezca la política, lo que no sirve de consuelo a sus numerosos detractores, que se han erizado ante su política de línea dura hacia los palestinos. Sus socios ultranacionalistas también tendrán una gran influencia sobre él porque han prometido promover una legislación que podría desestimar los cargos penales contra él. Seguro que pondrán a prueba sus límites.

He aquí algunos de los retos que aguardan al nuevo gobierno:

ESTADOS UNIDOS

La administración Biden ha expresado su malestar por los políticos más extremistas del nuevo gobierno, pero ha dicho que lo juzgará por sus políticas, no por sus personalidades. Los primeros indicios no auguran nada bueno. Un día antes de tomar posesión, el gobierno de Netanyahu dijo que la expansión de los asentamientos en Cisjordania sería una prioridad absoluta. Quiere legalizar docenas de puestos de avanzada salvajes y dice que planea anexionarse el territorio ocupado en un momento no especificado. Estados Unidos se opone a los asentamientos como obstáculos para la paz. También considera perjudiciales las medidas que marginan a los palestinos, a las personas LGBTQ y a otros grupos minoritarios. Netanyahu ha prometido proteger los derechos de las minorías. Pero si su coalición sigue adelante, podría producirse una crisis en las relaciones con el aliado más próximo de Israel. Los líderes de la comunidad judía estadounidense también han expresado su preocupación por la hostilidad del gobierno entrante y de sus miembros hacia las corrientes liberales del judaísmo populares en EE.UU. Dadas las opiniones políticas predominantemente liberales de los judíos estadounidenses, estos recelos podrían tener un efecto dominó en Washington y ampliar aún más la división partidista sobre el apoyo a Israel.

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LOS PALESTINOS

Muchos palestinos han recibido la elección del nuevo gobierno encogiéndose de hombros. Con las conversaciones de paz en suspenso desde hace más de una década, algunos no ven cómo un gobierno puede empeorar las cosas. Pero esa sensación de resignación podría convertirse en ira si el nuevo gobierno intensifica las actividades de asentamiento o se anexiona Cisjordania, el corazón de su anhelado Estado. Los enfrentamientos en Cisjordania, que ya han alcanzado su nivel más alto en años, podrían intensificarse. Y si los aliados de Netanyahu ponen a prueba el tenso statu quo en Jerusalén Este -donde se encuentra el lugar sagrado más importante y sensible de la ciudad-, la violencia podría extenderse por todo Israel y a la Franja de Gaza, como ocurrió en 2021. Los dirigentes de Hamás en Gaza ya han advertido de un “enfrentamiento abierto” el próximo año.

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JEFES DE SEGURIDAD NERVIOSOS

Los militares, junto con la policía israelí y las innumerables agencias de seguridad, tienen influencia y respeto en la sociedad israelí. Históricamente, Netanyahu ha trabajado bien con sus jefes de seguridad. Pero un par de nombramientos han puesto en tela de juicio esa relación. Netanyahu ha puesto al frente de la policía del país a un provocador de extrema derecha que en su día fue condenado por incitación y apoyo a un grupo terrorista judío. También ha aprobado una ley que pone a un colono fanático de Cisjordania a cargo de la política de asentamientos, incluida la facultad de nombrar a un general de alto rango responsable de las políticas hacia los palestinos. Los cambios inminentes llevaron al jefe saliente del ejército israelí a ponerse en contacto con Netanyahu y expresarle su preocupación. El ejército dijo que ambos acordaron que no habría cambios en la política hasta que los militares presentaran sus puntos de vista.”El ejército debe mantenerse al margen del discurso político”, afirmó.

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AGENDA NACIONAL

Netanyahu y sus aliados han anunciado una ambiciosa agenda de cambios sociales que son profundamente impopulares entre la clase media laica, según una encuesta reciente del Instituto Israelí para la Democracia, un influyente think tank. Entre ellos figuran planes para debilitar el Tribunal Supremo y aumentar los ya impopulares estipendios para los estudiantes judíos ultraortodoxos de los seminarios que no presten servicio militar ni trabajen. Una propuesta respaldada por sus aliados permitiría a hospitales y empresas discriminar a las personas LGBTQ.

Los cambios judiciales, encabezados por un plan para dar al Parlamento el poder de anular las decisiones del Tribunal Supremo, podrían llevar a la desestimación de los cargos de corrupción contra Netanyahu. Estas propuestas han suscitado acusaciones de conflicto de intereses y preocupación por la posibilidad de que destruyan el sistema de controles y equilibrios del país.

Los manifestantes ya se están manifestando en las calles contra el gobierno entrante. Cientos de miembros del poderoso sector de la alta tecnología israelí, decenas de pilotos de caza retirados y diplomáticos jubilados han publicado cartas contra el nuevo gobierno. Todas estas tendencias podrían ganar fuerza en los próximos meses.

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LIKUD

Netanyahu controla con firmeza el Likud, el mayor partido del Parlamento con diferencia. Pero varios de sus miembros están descontentos por sus generosas concesiones a partidos más pequeños, que les han dejado sin los puestos de alto rango en el Gabinete que codiciaban. Algunos incluso se han quejado públicamente. No hay signos de rebelión. Pero si siguen descontentos, podrían obstaculizar su capacidad para aprobar su programa en el Parlamento.

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