JERUSALÉN (AP) – El Parlamento de Israel eligió el martes a un nuevo presidente estrechamente vinculado al que probablemente será el próximo primer ministro del país, Benjamin Netanyahu, preparando el escenario para una oleada de nuevas leyes polémicas para apaciguar a los socios de coalición del ex líder.
La elección del legislador Yariv Levin como portavoz se produce mientras Netanyahu continúa las negociaciones para forjar un gobierno de coalición tras las elecciones celebradas el mes pasado. Con sus socios religiosos y ultranacionalistas, Netanyahu se dispone a encabezar lo que se espera que sea el gobierno más derechista de la historia de Israel.
Los socios de Netanyahu han planteado exigencias que, según los críticos, otorgan demasiado poder a los legisladores extremistas y podrían poner en peligro los fundamentos democráticos del país, incluidas amplias reformas del sistema judicial.
Como portavoz, Levin, un hombre de confianza de Netanyahu, está dispuesto a despejar el camino para las votaciones en los próximos días sobre la legislación crucial que se considera necesaria para que la coalición se cohesione.
Entre ellas se encuentra una votación para cambiar una ley que allanaría el camino para que el socio clave de la coalición de Netanyahu, Aryeh Deri, se convierta en ministro del Gabinete. Según la ley, Deri está legalmente impedido de hacerlo debido a una condena en libertad condicional este año por delitos fiscales. Los críticos dicen que la medida dobla las normas para acomodar a un convicto y podría fomentar la corrupción entre los políticos.
Otras dos leyes allanarán el camino para que otros dos posibles socios de coalición -los ultranacionalistas Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir- obtengan mayores poderes sobre la empresa de asentamientos judíos en Cisjordania y la policía, respectivamente.
Netanyahu, que está siendo juzgado por corrupción en una serie de escándalos en los que están implicados poderosos magnates de los medios de comunicación y socios ricos, se ha mostrado generoso con sus aliados políticos porque apoyan importantes reformas legales que podrían paralizar o desestimar su juicio.
Los críticos afirman que tales medidas pondrían en peligro los cimientos democráticos de Israel. Netanyahu niega haber actuado mal.
El Partido Likud de Netanyahu y sus socios ultraortodoxos y de extrema derecha obtuvieron una mayoría de escaños en la Knesset, o Parlamento, en las elecciones del 1 de noviembre, lo que les coloca en posición de formar un nuevo gobierno.