KUALA LUMPUR, Malasia (AP) – Malasia ha acordado abolir la pena de muerte obligatoria y permitir a los jueces establecer castigos alternativos para una serie de delitos, dijo el viernes el ministro de Justicia del país.
El gobierno estudiará otras propuestas de castigo para 11 delitos que actualmente conllevan una sentencia de muerte obligatoria y también para los más de 20 delitos que conllevan una potencial sentencia de muerte a discreción del tribunal, dijo Wan Junadi Tuanku Jaafar en un comunicado.
Las enmiendas a la ley todavía tendrían que ser presentadas y aprobadas en el Parlamento antes de que entraran en vigor.
“La decisión sobre este asunto muestra la prioridad del gobierno para asegurar la protección y garantía de los derechos de todas las partes, reflejando así la transparencia del liderazgo del país en la mejora del dinámico sistema de justicia penal”, dijo el ministro.
Más de 1.300 personas se encuentran en el corredor de la muerte en Malasia, y la mayoría de los casos están relacionados con el tráfico de drogas. La pena de muerte en Malasia ordena la horca como castigo por una serie de delitos, como el asesinato, el tráfico de drogas, la traición, el secuestro y los actos de terror.
Los extranjeros representan 526 de las 1.355 personas condenadas a muerte en el país, según la Red Asiática contra la Pena de Muerte.
En 2018, Malasia dijo que aboliría la pena de muerte para todos los delitos y que detendría todas las ejecuciones pendientes. Pero dio marcha atrás en 2019, diciendo que la pena de muerte dejaría de ser obligatoria para determinados delitos.
La ADPAN dijo que la pena de muerte obligatoria “priva a los jueces de la discreción para sentenciar basándose en la situación de cada delincuente individual… (lo que) ha dado lugar a sentencias absurdas que han provocado protestas públicas.”
Los grupos de derechos celebraron el anuncio del viernes, pero dijeron que el acuerdo era sólo un punto de partida.
“Antes de que todo el mundo empiece a aplaudir, necesitamos que Malasia apruebe las enmiendas legislativas reales para poner en práctica este compromiso, porque ya hemos recorrido este camino antes, con sucesivos gobiernos malayos que prometen mucho en materia de derechos humanos, pero que al final cumplen muy poco”, dijo Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch.
Katrina Jorene Maliamauv, directora ejecutiva de Amnistía Internacional en Malaisia, dijo que la medida era un paso en la dirección correcta, pero instó al país a ir más allá y trabajar hacia la abolición total de la pena de muerte.
“El gobierno debe presentar las enmiendas necesarias en el Parlamento sin demora y establecer una revisión completa de todos los casos en los que se aplica la pena de muerte obligatoria con vistas a conmutar estas sentencias”, dijo Maliamauv.