Los nicaragüenses celebran la misa pacíficamente tras la prohibición de la procesión

 Los nicaragüenses celebran la misa pacíficamente tras la prohibición de la procesión

CIUDAD DE MÉXICO (AP) – Cientos de nicaragüenses asistieron el sábado a una misa bajo una fuerte presencia policial después de que el gobierno prohibiera una procesión religiosa en la capital en medio de tensiones con la Iglesia Católica Romana.

Los líderes de la Iglesia anunciaron un día antes que la Policía Nacional había prohibido la procesión prevista para Nuestra Señora de Fátima por razones de “seguridad interna”. En su lugar, la iglesia llamó a los fieles a acudir pacíficamente a la catedral.

El sábado, el cardenal Leopoldo Brenes dijo que se reunieron “con mucha alegría, pero también con mucha tristeza” debido a “la situación que hemos vivido en nuestras parroquias.”

“Perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen”, dijo Brenes.

A principios de este mes, el gobierno del presidente Daniel Ortega cerró siete emisoras de radio propiedad de la iglesia y anunció una investigación contra el obispo Rolando Álvarez, que lleva casi dos semanas confinado en el recinto de la iglesia en Matagalpa por la policía.

El gobierno acusa a Álvarez, un crítico del gobierno, de promover el odio e incitar a la violencia.

Antes de encerrar a Álvarez, la policía había rodeado a un sacerdote en Sebaco, también parte de la diócesis de Matagalpa, durante varios días antes de permitirle salir.

El sábado, un representante de la diócesis de Matagalpa entregó a Brenes una imagen de la Virgen de Fátima.

El viernes, el Vaticano se pronunció públicamente por primera vez sobre los recientes movimientos contra la Iglesia en Nicaragua.

El observador permanente del Vaticano ante la Organización de Estados Americanos expresó su preocupación durante una sesión especial del consejo permanente del organismo. Monseñor Juan Antonio Cruz llamó a “encontrar caminos de entendimiento basados en el respeto y la confianza recíprocos, buscando ante todo el bien común y la paz.”

Durante la sesión, 27 países aprobaron una resolución que condena “el cierre forzado de organizaciones no gubernamentales y el acoso y las restricciones arbitrarias impuestas a las organizaciones religiosas” en Nicaragua. Hubo un voto en contra y cuatro abstenciones.

La policía no ha permitido grandes reuniones públicas, excepto las patrocinadas por el gobierno o el partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional, desde septiembre de 2018. A principios de ese año, en abril, las enormes protestas callejeras se convirtieron en un reclamo para que Ortega renuncie.

Ortega ha sostenido que se trató de un intento de golpe de Estado llevado a cabo con respaldo extranjero y el apoyo de la iglesia. Desde entonces, su gobierno ha actuado contra las voces de la disidencia, incluidos los líderes de la oposición política y más de 1.000 organizaciones no gubernamentales.

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