LOPBURI, Tailandia (AP) – El domingo se sirvió una comida digna de monos en el festival anual de la fiesta de los monos en el centro de Tailandia.
En medio del tráfico matutino, hileras de estatuas de monos con bandejas se alineaban fuera del recinto de las Tres Antiguas Pagodas, mientras que los voluntarios preparaban comida al otro lado de la carretera para monos reales, el símbolo de la provincia a unos 150 kilómetros (93 millas) al norte de Bangkok.
Multitud de monos macacos corrían de un lado a otro, a veces peleando entre ellos, mientras crecía la multitud de visitantes y lugareños.
A medida que el festín, cuidadosamente preparado, se acercaba al templo, las voraces criaturas empezaron a abalanzarse y pronto devoraron la comida, en gran parte vegetariana.
Aunque el valor del entretenimiento del festival es alto, los organizadores se apresuran a señalar que no se trata sólo de un asunto de monos.
“Este festival de la fiesta del mono es un evento exitoso que ayuda a promover el turismo de Lopburi entre los turistas internacionales cada año”, dijo Yongyuth Kitwatanusont, el fundador del festival.
“Antes había unos 300 monos en Lopburi, antes de aumentar a casi 4.000 en la actualidad. Pero Lopburi es conocida como una ciudad de monos, lo que significa que los monos y las personas pueden vivir en armonía”.
Dicha armonía se podía apreciar en la falta de timidez que mostraban los monos, que se subían a los visitantes, a los vehículos y a las farolas. A veces, los curiosos animales miraban más allá del abundante festín y se interesaban por otros objetos.
“Había un mono sobre mi espalda mientras intentaba hacerme un selfie. Me quitó las gafas de sol de la cara y se subió a lo alto de una farola e intentó comérselas durante un rato”, cuenta Ayisha Bhatt, una profesora de inglés de California que trabaja en Tailandia.
Los espectadores, encantados, no se dejaron intimidar por el riesgo de pequeños robos, aunque algunos se contentaron con ser precavidos.
“Hay que tener cuidado con ellos, mejor dejarlos. Mejor no acercarse demasiado”, dijo Carlos Rodway, un turista de Cádiz (España), que ya había sido tratado sin contemplaciones como un marco de escalada por un mono audaz.
El festival es una tradición anual en Lopburi y se celebra como una forma de mostrar gratitud a los monos por traer el turismo. El tema de este año es “monos dando de comer a monos”, un antídoto a los años anteriores en los que la participación de los monos había disminuido debido al elevado número de turistas, que intimidaba a los animales.