Los ministros de la UE intentan, de nuevo, alcanzar un compromiso sobre la limitación del precio del gas

 Los ministros de la UE intentan, de nuevo, alcanzar un compromiso sobre la limitación del precio del gas

BRUSELAS (AP) – Los ministros de la Unión Europea volvieron a intentar el lunes cerrar un acuerdo largamente esperado para aplicar un tope al precio del gas natural que esperan pueda ayudar a los hogares y a las empresas a capear mejor las subidas excesivas de los precios.

Los ministros ya fracasaron en su intento de superar sus diferencias en cinco de las llamadas reuniones de urgencia, pero varios líderes de la UE dijeron la semana pasada que era probable que esta vez se lograra fijar un tope máximo para pagar por el gas.

“Hemos definido el marco político que permitirá a nuestros ministros finalizar la cuestión de un tope para el precio del gas”, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, la semana pasada tras una reunión de líderes de la UE en Bruselas.”

Las 27 naciones se han mantenido unidas a través de nueve rondas de sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania y medidas de ahorro de energía para evitar la escasez del combustible utilizado para generar electricidad, calentar hogares y alimentar fábricas.

Pero no han sido capaces de cerrar un acuerdo sobre el establecimiento de un complicado límite de precios que se había prometido en octubre como una forma de reducir las facturas de energía que se han disparado debido a la invasión de Rusia.

“Hoy tenemos que ponernos de acuerdo sobre un mecanismo bien conocido que evite a los hogares y las empresas europeas las elevadas subidas del precio del gas, como hemos visto durante el último verano”, declaró el ministro checo de Industria, Jozef Síkela, cuyo país ocupa la presidencia de turno del Consejo de la UE.

“Creo que los hogares y las empresas europeas esperan de nosotros que actuemos y no veo ninguna razón para no poder ponernos de acuerdo hoy”, dijo Síkela.

La cuestión del límite máximo del gas ha sido motivo de división por el temor a que los proveedores mundiales simplemente pasen de Europa cuando otros ofrezcan más dinero.

“Nadie, y yo menos que nadie, tiene nada en contra de los precios bajos en el mercado del gas: tenemos que bajar los precios del gas”, declaró el lunes el ministro alemán de Economía, Robert Habeck. “Sólo sabemos por anteriores intervenciones en el mercado que debemos tener mucho cuidado de no querer hacer algo bueno y desencadenar algo malo”.

Preguntado acerca de que su colega checo señalara que sería posible una votación por mayoría cualificada, con Alemania potencialmente superada en votos, Habeck respondió que “esto sería, por supuesto, un resultado indeseable.”

Dijo que “nuestras preguntas, o preocupaciones, están bien fundadas” y que “el espíritu de los últimos años ha sido consensual”. Pero admitió que “si ocurre, tendremos que vivir con ello”.

Habeck dijo que la postura de la otra parte es “comprensible”, dada la política energética alemana de los últimos años, pero la UE no debe “cometer un error que lleve a una escasez, que afectaría a grandes partes de Europa y no sólo a Alemania.”

Dijo que Alemania tiene una “responsabilidad especial para resolver el problema” y señaló la inauguración el sábado de su primera terminal de gas natural licuado, o GNL.

La Comisión Ejecutiva de la UE propuso el mes pasado un “techo de precios de seguridad” que entraría en vigor si el gas natural supera los 275 euros (290 dólares) por megavatio hora durante dos semanas y si es 58 euros superior al precio del gas natural licuado en los mercados mundiales. Este sistema no habría evitado subidas tan elevadas como la de agosto -cuando los precios alcanzaron casi 350 euros por megavatio hora en la referencia europea TTF, pero cayeron por debajo de 275 euros a los pocos días- y fue recibido con burla por muchos países que abogaban por un nivel más bajo.

La Presidencia checa ha redactado una nueva propuesta para poner en marcha el mecanismo si los precios superan los 188 euros por megavatio hora durante tres días.

El susto de los precios desorbitados llegó en pleno verano, cuando un enorme repunte en agosto dejó atónitos a consumidores y políticos, obligando al bloque a buscar un tope para contener unos precios volátiles que están alimentando la inflación.

La incapacidad para alcanzar un compromiso sobre la limitación de precios también ha frenado los planes de compras conjuntas de gas y un mecanismo de solidaridad para ayudar a los países más necesitados, ya que las medidas se acordarían como un paquete.

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Geir Moulson en Berlín contribuyó a esta historia.

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