CIUDAD DE MÉXICO (AP) – La Iglesia Católica Romana inició el domingo una ronda especial de oraciones por la paz en México después de que dos sacerdotes jesuitas y un guía turístico fueran asesinados el 20 de junio.
Los jesuitas guardaron un momento de silencio por los sacerdotes, que supuestamente fueron asesinados por el líder de una banda local de narcotraficantes cuando intentaban proteger al guía.
Decenas de personas se reunieron en el monumento del centro de la ciudad conocido como la Estela de Luz para el momento de silencio.
Los jesuitas dijeron que no se dejarán intimidar para abandonar la sierra Tarahumara, donde la orden ha atendido a la comunidad indígena rarámuri durante siglos. Dos sacerdotes ya han sido asignados para reemplazar a sus hermanos caídos, dijo el reverendo Jorge Atilano González.
“Hoy iniciamos un ciclo de oraciones por la paz a nivel nacional. Es la apertura de un mes que marca la memoria de todas las personas asesinadas y desaparecidas. Hoy estamos recordando a los sacerdotes, a los periodistas, a los activistas sociales y a los jóvenes que han muerto de manera violenta”, dijo González.
En lo que va de año, 12 periodistas han sido asesinados en México, lo que lo convierte en el país más peligroso para los periodistas fuera de una zona de guerra.
El Centro Católico Multimedial de la Iglesia dijo que siete sacerdotes han sido asesinados bajo la actual administración, que asumió el cargo en diciembre de 2018, y al menos dos docenas en los seis años del presidente anterior.
Pero muchos más ciudadanos promedio han sido asesinados en la violencia impulsada por las pandillas.
“Los más de 100 mil desaparecidos y los 122 mil asesinados durante esta administración son una fuente de dolor, de fuerza, de rabia y de coraje para construir la justicia, la reconciliación y la paz”, dijo González.
Los sacerdotes asesinados, el reverendo Javier Campos, de 79 años, y el reverendo Joaquín Mora, de 80, habían pasado gran parte de su vida sirviendo a los pueblos indígenas de la Sierra Tarahumara. Los jesuitas fueron asesinados a tiros en la pequeña iglesia del pueblo de Cerocahui.
El consejo episcopal también llamó a los fieles a rezar el 31 de julio por la conversión o redención de los asesinos.
“Lo que pedimos como jesuitas es la paz en la Sierra Tarahumara, seguridad para las comunidades rarámuri, así como para la comunidad religiosa”, dijo González.
“También pedimos justicia, que se fortalezcan las instituciones locales”, como los cuerpos policiales, dijo. “No va a ser suficiente con la presencia del ejército y la Guardia Nacional. Necesitamos instituciones locales más fuertes”.