LOS ÁNGELES (AP) – Dos ayudantes del sheriff del condado de Los Ángeles actuaron en defensa propia y no se enfrentarán a cargos penales por disparar mortalmente a un hombre negro al que intentaron detener por ir en bicicleta en dirección contraria, según anunciaron los fiscales el martes.
Dijon Kizzee tenía una pistola en la mano cuando le dispararon el 31 de agosto de 2020, según una revisión de la División de Integridad del Sistema Judicial de la oficina del fiscal del condado.
Kizzee, de 29 años, fue asesinado en el sur de Los Ángeles después de que los ayudantes del sheriff intentaran detenerlo por una infracción de tráfico mientras montaba en bicicleta. Dejó caer la bicicleta y se dio a la fuga, llevando un bulto de ropa que, según las autoridades, contenía un arma de fuego.
Los ayudantes del sheriff dijeron a los investigadores que no sabían que había un arma en la ropa, y que dispararon a Kizzee después de que éste recogiera la pistola cuando se le cayó durante un forcejeo con uno de ellos.
La autopsia determinó que Kizzee había recibido 16 impactos de bala en la frente y la espalda. Los abogados de la familia han dicho que los testigos describieron una ráfaga de disparos mientras él yacía en el suelo, aunque la autopsia no indicó la posición de su cuerpo cuando le dispararon.
Su muerte provocó protestas en el sur de Los Ángeles.
En un memorando del 10 de noviembre, la oficina del fiscal dijo que había concluido que los ayudantes Christian Morales y Michael García “creían razonablemente, basándose en la totalidad de las circunstancias, que la fuerza era necesaria para defenderse de una amenaza de muerte cuando inicialmente dispararon sus armas.”
El memorándum también decía que no había pruebas suficientes para demostrar más allá de toda duda razonable en un tribunal penal que los últimos disparos de los ayudantes del sheriff no se hicieron en defensa de ellos mismos o de otros.
“Mi corazón está con la familia del señor Kizzee por la pérdida de su ser querido”, dijo el martes el fiscal de distrito George Gascón en un comunicado.
Los abogados de la familia de Kizzee han cuestionado por qué fue detenido en primer lugar, calificándolo como un ejemplo de “andar en bicicleta mientras es negro” en una comunidad de color.
La familia de Kizzee ha presentado una reclamación de 35 millones de dólares contra el condado, lo que suele ser un precursor de una demanda.