Los alumnos de la escuela católica hornean galletas para dar esperanza a los presos

AIKEN, S.C. (AP) – Algo tan sencillo como dar a un preso una galleta de avena con pasas y espolvoreada es una de las formas en que una escuela de Aiken está mostrando el amor y la misericordia de Dios a quienes buscan esperanza.

Como una forma de enseñar a los niños la importancia de dar algo a cambio, los estudiantes de la Escuela Católica Santa María Auxiliadora recientemente hornearon galletas para los hombres que están presos en la Institución Correccional Broad River, ubicada en las afueras de Columbia.

St. Mary Help of Christians forma parte de una parroquia católica de la Diócesis Católica Romana de Charleston. La parroquia tiene un ministerio de prisiones que visita a los presos, y una de las peticiones de los presos fueron galletas.

Cada estudiante de la escuela ayudó a hornear 5.000 galletas que se entregarán a los presos.

Joan LaBone, directora de la juventud de la parroquia, dijo que fue su idea que los estudiantes de la escuela hicieran galletas para los presos. Dijo que su objetivo es enseñar a los estudiantes acerca de los actos de ayuda a los demás más allá de la donación a la despensa de alimentos, y hornear galletas dio a los estudiantes una conexión personal con un preso.

Espera que cada vez que un preso reciba una galleta vea la esperanza.

“Es una forma de hacer algo concreto para que hagan algo por la gente de la cárcel en lugar de rezar por ellos”, dijo LaBone.

Brynn Taylor, de sexto grado, dijo que era una buena oportunidad para que los estudiantes dieran las gracias y ayudaran a las personas necesitadas.

Otra alumna de sexto grado, Olivia Cavero, dijo que aprendió a dar gracias y las obras de misericordia, que incluyen alimentar a los hambrientos y visitar a los presos.

“Aprendimos que no es sólo para la gente que no tiene, es genial hacerlo por la gente, pero también puedes hacerlo por ti mismo”, dijo.

LaBone dijo que espera que los estudiantes tengan formas más concretas de servir a la comunidad y que lo lleven consigo a la edad adulta.

“Cuando se les da la oportunidad de servir cuando son jóvenes, pueden tomarlo cuando son mayores y recordar esos buenos recuerdos”, dijo.

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