‘Life & Beth’ de Hulu es Amy Schumer en su versión más cruda y mejor
De Amy Schumer se espera una honestidad inquebrantable, sin importar el formato.
Desde el éxito de su serie de sketches de Comedy Central Inside Amy Schumer, la comediante se ha mantenido alejada de la televisión aparte de los especiales de standup y la reveladora docuserie de tres partes Esperando a Amy. Ahora Schumer vuelve a la televisión con un proyecto apasionante Vida & Beth, que sigue el camino semiautobiográfico habitual de Pamela Adlon, Mae Martin y una próxima aventura de Pete Davidson. Teniendo en cuenta lo mucho que Schumer ha explotado sus experiencias -especiales de stand-up, un libro de memorias, un documental íntimo sobre el parto- podría parecer que no hay nada nuevo que decir, pero la dramedia de Hulu (que ella encabeza, dirige y co-escribe) demuestra lo contrario.
Beth es el segundo nombre de Schumer, pero este juego de palabras del título apunta al hastío del personaje principal y a los temas más amplios que se abordan a lo largo de 10 episodios. Beth se encuentra en una situación emocional complicada, tanto en el trabajo como en casa, con su novio desde hace seis años. Kevin Kane, colaborador habitual de Schumer (es productor ejecutivo y también dirige el episodio 5), interpreta a Matt, un idiota que ignora felizmente la infelicidad perpetua de Beth hasta que ella se lo explica. “No he sido capaz de sentir nada durante mucho tiempo”, explica más tarde sobre este entumecimiento.
Su idea de gestos románticos incluye gritar a todo pulmón mientras monta un “caballo de compromiso” y organizar un flash mob mal sincronizado, que son tan maravillosamente desquiciados como suenan. Mientras que Beth no puede reunir ninguna emoción, Matt siente todo-a un volumen increíblemente alto que se hace más ensordecedor cuando se amplifica por su falta de conciencia de sí mismo. Trabajar y vivir juntos no les deja espacio, pero incluso sus compañeros de trabajo piensan que son la imagen de la perfección. Su estribillo de “soy muy feliz” nunca ha sonado más hueco por más que lo repita.
Las grietas en la fachada de la comedia romántica son evidentes desde el discurso inicial de Beth sobre la venta de vino a los posibles clientes, interpretado con una autocomplacencia perfecta por John Early y Kate Berlant (a quienes estaría encantado de escuchar hablar durante horas sobre su “fascinante historia”. En realidad es loco si quieres oírla”). También tiene cero ganas de participar en el ritual de la oficina de tocar una pequeña campana (piensa en lo contrario de Venta de la puesta de sol‘s clanger) para celebrar una venta. Para que el trabajo sea aún más un infierno, el karaoke es otra actividad obligatoria impuesta por el jefe Murray (el excelente Murray Hill está teniendo un momento; por el amor de Dios, por favor, vean la película de HBO Alguien en algún lugar). Hace falta un acontecimiento vital importante para sacarla de esta existencia rutinaria.
Las brillantes luces de Manhattan son sustituidas por su ciudad natal en Long Island, y Beth se ve obligada a enfrentarse tanto a su inercia actual como a sus recuerdos enterrados desde hace tiempo. El papel de Hill no es el único factor que ata La vida & Beth a la mencionada brillante Somebody Somewhere-y tampoco lo es el hecho de que Bridget Everett sea IRL besties con Schumer. Al igual que Alguien en algún lugar es una versión de la vida de Everett si no se hubiera mudado a Nueva York, ésta es la vida de Schumer sin el stand-up. Los traumas familiares no abordados son fundamentales en ambas narrativas, en las que ambas mujeres se enfrentan al pasado para seguir adelante. La serie de HBO se centra quizás más en esta exploración, pero es un doblete bastante sólido que enlaza con las frecuentes apariciones de Everett en Inside Amy Schumer (incluyendo la fabulosa “Titty Song”).
Las complicadas dinámicas se exploran en el presente, pero son más pronunciadas en los recurrentes flashbacks de la adolescente Beth (Violet Young). Schumer se ha basado en la relación con su padre -incluyendo el impacto de su diagnóstico de esclerosis múltiple cuando ella tenía 9 años- en películas como Trainwreck, y se abordan aquí las dificultades financieras en las que incurrieron los Schumer cuando perdió su negocio (Michael Rapaport interpreta a Leonard, el padre de Beth).
La espinosa relación con su madre pasa a primer plano con Laura Benanti como la matriarca Jane. En un principio, esta elección de reparto me hizo pulsar la pausa y buscar en Google la diferencia de edad entre las actrices -es de dos años para quien se lo pregunte- y esto distrae de esta combativa escena inicial. Sin embargo, está más que justificado en las escenas entre la adolescente Beth y su madre, y se puede argumentar que la representación de la joven Bethpodría ser independiente sin el arco de adultos.
La adolescencia temprana está en tendencia con Pen15 que se inclina por la torpeza estomacal de tener 13 años, Big Mouth’s de Big Mouth, e incluso Pixar explora esta vía con la reciente Turning Red. Pero el poder de Vida & Beth existe en la yuxtaposición de estas dos edades definitorias. La joven Beth aún no está encajonada, a pesar de luchar contra demonios personales traumáticos y formativos -su tirón de pelo obsesivo-compulsivo es otro arco cándido y devastador-. Y a medida que la versión mayor se acerca a los 40, está claro que algo tiene que cambiar.
Es esta tensión la que lleva a una importante decisión vital, a un cambio romántico y a un encuentro en un viñedo local, que parece estar informado por el matrimonio de Schumer con el chef Chris Fischer.
Michael Cera, luciendo una barba desigual, es el aparentemente torpe John que lucha por leer las señales sociales y no puede mentir. No es necesario conocer toda la historia de Schumer, pero viendo Esperando a Amy junto a Vida & Beth añaden a la experiencia general, sobre todo en lo que respecta al romance y a lo que parece ser el trastorno del espectro autista no diagnosticado de John. John no se muestra extravagante con sus hábitos de vida ni con sus comentarios sin filtro, y esto último contrasta con la incapacidad de Beth para decir lo que quiere. Claro, él no tiene un televisor ni entiende que el mal acento británico de Beth es un Love Island referencia, pero está abierto a sus sugerencias de cultura pop.
En uno de los episodios, la pareja toma setas mágicas junto con la hermana de ella, Ann (Susannah Flood), y no puede evitar sentirse pedestre -e incluso cliché- en comparación con Broad City viaje psicodélico animado, Nine Perfect Strangers’ batidos con psilocibina bajo la apariencia de bienestar, y el horror de consumir ‘hongos en Yellowjackets y Midsommar.
“En cuanto al tipo de trabajo que ha producido Schumer en los últimos años, sí parece que cuanto más se la critica más desnuda su alma. “
Sin embargo, a pesar de la dulzura y la calidez de este romance temprano, también hay encuentros sexuales incómodos y un viaje nocturno a la farmacia que podría ser una anécdota en uno de los sets de stand-up de Schumer.
Este encuentro de una noche pasa de ser incómodo e insatisfactorio a convertirse en una pesadilla cuando el chico insiste en acompañar a Beth a la farmacia para recoger el Plan B después de descubrir que el condón se ha roto. Aparte de la reciente película de Hulu Plan B-que mostraba lo difícil que puede ser adquirir un anticonceptivo de emergencia- y la de Aidy Bryant Shrill, sigue siendo un hecho bastante infrecuente en la cultura pop. De esto hace más de una década, pero aún recuerdo haber estado superconfundido por la trama del condón roto en La Hermandad de los Pantalones Viajeros 2 porque la píldora del día después aparentemente no existía como opción. En una época en la que los derechos reproductivos están siendo atacados, es importante ver lo vitales que son la autonomía corporal y el acceso a la anticoncepción.
Schumer se apoya en lo absurdo de la preocupación de este tipo por que ella tome la píldora delante de él, y la respuesta, cargada de sarcasmo, es la más punzante de la comediante. Es esta franqueza por la que la cómica es conocida, y estos momentos de frivolidad que inducen a la risa aseguran que incluso cuando Vida & Beth está en su punto más oscuro, se retrae.
En cuanto al tipo de trabajo que ha producido Schumer en los últimos años, parece que cuanto más se la critica, más desnuda su alma. Este fue el caso de Expecting Amy. Life & Beth es otra pieza del rompecabezas de Schumer. Como muchos, Dentro de Amy Schumer fue mi introducción a la comediante y en los últimos años no he buscado su trabajo tanto como antes. Sin embargo, esta ambiciosa serie es un recordatorio de por qué estaba tan enamorado en primer lugar.
Vida & Beth no es tan divertida como los anteriores proyectos de Schumer (ni lo intenta), pero los flashbacks de la adolescencia me parecieron especialmente enriquecedores para esta narración. Beth interpreta a la hermana mayor protectora, al tiempo que navega por las difíciles aguas de la pubertad, que incluyen fiestas de chicos y chicas sin supervisión, la insoportable vergüenza de revelarse (tanto en sentido literal como figurado), y el dolor de corazón que surge de las desavenencias con las mejores amigas.
A veces estos destellos del pasado son meros fragmentos, mientras que otros episodiospasa casi tanto tiempo en los años 90 como en el presente. Con cada flashback adicional, es evidente que a la Beth actual le cuesta sentir algo porque ha pasado mucho tiempo fingiendo que está bien.
Beth no es tan abierta en su feminismo como la mujer que la interpreta, pero la ira burbujea bajo la superficie. Schumer ha hablado abiertamente sobre el rechazo al que se ha enfrentado en los círculos de la comedia debido a lo abierta que ha sido desde que comenzó el movimiento #MeToo, y su producción siempre se ve a través de un prisma de todo su cuerpo de trabajo, y la reacción que experimentó por múltiples razones.
Aunque, para toda la gente del mundo de la comedia que se eriza contra Schumer, el grupo unido de colaboradores que repiten que hizo este espectáculo se suma a la intimidad. Las estrellas invitadas son impresionantes, lo que incluye a David Byrne, Jonathan Groff y la mencionada Laura Benanti.
Profundizar en su historia personal hace más difícil separar la realidad de la ficción, lo que en cierto modo se siente como el punto de Life & Beth.