CORRIENTES, Argentina (AP) – Los incendios forestales que asolan el norte de Argentina desde hace varias semanas avanzaron el domingo de forma implacable, aunque las ligeras lluvias que comenzaron el fin de semana dieron algo de esperanza a los bomberos.
La provincia de Corrientes es la zona más afectada, donde las autoridades dijeron que al menos ocho incendios distintos seguían ardiendo y habían devastado al menos el 9% de su territorio. Las llamas están consumiendo unas 30.000 hectáreas al día en Corrientes, destruyendo hasta ahora casi 800.000 hectáreas, según los últimos informes oficiales.
Los fuertes vientos, la baja humedad y la sequedad de la sequía han contribuido a la propagación de los incendios desde mediados de enero. Los meteorólogos dijeron que se espera que las ligeras lluvias que caían el domingo continúen a lo largo de la próxima semana.
La provincia, principalmente rural, de granjas, ranchos y bosques, se caracteriza normalmente por sus abundantes lluvias.
“Nunca nos había pasado, nunca habíamos vivido algo así, estábamos realmente superados”, dijo un residente, Jorge Ayala,
Las autoridades estiman las pérdidas hasta ahora en más de 26.000 millones de pesos argentinos (más de 240 millones de dólares), y los expertos dicen que la provincia podría necesitar años para recuperarse.
Han comenzado a llegar unidades de bomberos de todos los rincones de Argentina y también de Brasil y Bolivia.
Artistas y figuras públicas están haciendo campaña para recaudar fondos para los damnificados, mientras que las donaciones de bienes básicos están llegando a la zona.
La gente está trayendo fruta, agua y hielo, dijo Laura Núñez, una voluntaria que ayuda a combatir las llamas. “Lo traen en un remolque, están consiguiendo todo lo posible para que podamos centrarnos en el incendio y tratar de ayudar”, dijo.
La ligera lluvia animó a los bomberos.
“Es una bendición de Dios, creo que Dios se apiadó de nosotros”, dijo otra voluntaria, Estefanía Riveiro, que lleva cubos de agua para “ayudar a nuestros animales.”