Para aquellos que piensan que el mundo del ajedrez profesional es tan emocionante como ver secarse la pintura, piénsenlo de nuevo.
Las acusaciones de trampas han sacudido las altas esferas del juego intelectual, incluyendo a un jugador que fue cacheado en busca de un dispositivo que podría haberle ayudado a analizar las jugadas.
La controversia rodea la retirada del Campeón del Mundo Magus Carlsen de la Copa Sinquefield de 350.000 dólares en St. Louis el lunes después de que fuera derrotado por un gran maestro de 19 años -un paso por encima del nivel de novato en el mundo del ajedrez- que en su día fue expulsado de un sitio de juegos online por utilizar un ordenador para analizar sus jugadas.
Hans Niemann, el advenedizo, venció al campeón noruego en la tercera ronda, lo que provocó que Carlsen abandonara el torneo, tras lo cual publicó un críptico mensaje en sus redes sociales en forma de vídeo del entrenador de fútbol José Morinho, con el que se refería a un escándalo de trampas entre los árbitros: “Si hablo estoy en un gran problema”.
La sugerencia de hacer trampas se hizo rápidamente viral, lo que hizo que Niemann negara las acusaciones.
“Debe ser vergonzoso para el campeón del mundo perder contra mí”, dijo Niemann, que era el último cabeza de serie del torneo. “Me siento mal por él”.
Niemann fue expulsado en una ocasión de una competición en línea después de que se descubriera que utilizaba un ordenador para analizar las jugadas, pero insistió en que nunca ha hecho trampas en una competición en vivo y en directo. “Se lo digo al mundo porque no quiero que se tergiverse y no quiero que haya rumores”, dijo esta semana. “Nunca he hecho trampas en un juego presencial”.
Sin embargo, fue “cacheado a fondo” durante la siguiente ronda de juego en busca de un dispositivo informático que podría haberle ayudado a analizar sus jugadas en la competición, dotada con 350.000 dólares. No se encontró ningún dispositivo, pero la competición se retrasó 15 minutos, lo que causó al menos cierta vergüenza al recién llegado, según El Guardian.
El escándalo recordó a muchos la debacle del “Toiletgate” de 2006, en la que Veselin Topalov acusó a su rival Vlad Kramnik de haber colocado un dispositivo en el retrete para ayudar a analizar las jugadas.
Varios jugadores del torneo de San Luis de esta semana contaron Wall Street Journal que no pudieron concentrarse por el escándalo.
El principal aspirante, Ian Nepomniachtchi, dijo que la única forma de garantizar que no se utilizaran zumbadores o dispositivos secretos podría consistir en competir “desnudos en una habitación cerrada” para mantener el juego limpio.
“No veo que esto ocurra”, dijo el ruso -que perdió ante Carlsen el Campeonato Mundial de Ajedrez- al Diario, pero dijo que estaba sorprendido de que el más joven Niemann venciera a Carlsen, calificándolo de “más que impresionante”.