La UE propone nuevas normas para desalentar la moda rápida de usar y tirar
BRUSELAS (AP) – La Unión Europea advirtió a los consumidores que dejen de usar su ropa como si fuera de usar y tirar y dijo el miércoles que planea contrarrestar el uso contaminante de la moda rápida del mercado masivo.
Las nuevas normas propuestas por el brazo ejecutivo de la UE exigen un uso mínimo obligatorio de fibras recicladas para 2030 y prohibirían la destrucción de muchos productos no vendidos. Las normas de la Comisión Europea también pretenden contener la liberación de microplásticos y mejorar las condiciones laborales globales en la industria de la confección.
“Queremos que los productos sostenibles se conviertan en la norma”, dijo el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans. “La ropa que llevamos debería durar más de tres lavados”.
Los cambios requerirían un cambio masivo en una industria que, para mantener los costes y los precios bajos, produce artículos con una vida útil corta en países en desarrollo de Asia y América Latina, a menudo en condiciones laborales precarias.
“Todos los textiles deben ser duraderos, reciclables, hechos de fibras recicladas y libres de sustancias peligrosas. La estrategia también pretende impulsar los sectores de la reutilización y la reparación y hacer frente a los residuos textiles”, dijo Timmermans.
Casi tres cuartas partes de la ropa y los textiles utilizados en la UE son importados. En 2019, el bloque de 27 países importó más de 80.000 millones de euros (89.200 millones de dólares) en ropa, principalmente de China, Bangladesh y Turquía, según la Comisión Europea, y el consumidor medio tira 11 kilos (más de 24 libras) de textiles al año.
En Europa, la moda rápida se asocia sobre todo con las calles comerciales, en las que los consumidores compran en tiendas de venta masiva como H&M, Primark y Zara. La UE, aunque se centra en la ropa fabricada para ese mercado, también quiere que las marcas de lujo marquen la pauta de la moda sostenible en una industria en la que lo fugaz y efímero es esencial para el volumen de negocio.
“Se está produciendo un cambio cultural”, dijo Timmermans, y añadió que las grandes casas de moda “son siempre las primeras en mostrar el camino”.
“Los diseñadores, los artistas… se dan cuenta de que el mundo ha cambiado y que tenemos que revisar la forma de diseñar la moda”, dijo.
La sostenibilidad es una nueva frontera en la industria del lujo. El upcycling y otros métodos para reducir la huella de carbono han sido los pilares de algunas de las marcas más famosas de las pasarelas de Londres y París, como Stella McCartney, que pertenece al grupo Kering, y más recientemente Chloe, bajo la dirección de la diseñadora Gabriela Hearst, preocupada por la sostenibilidad.
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Thomas Adamson contribuyó desde París.
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