VILNIUS, Lituania (AP) – La personalidad de la televisión rusa Ksenia Sobchak – la glamorosa hija del antiguo jefe del presidente ruso Vladimir Putin – ha llegado a Lituania con un pasaporte israelí después de huir de los investigadores rusos que allanaron su casa esta semana, dijeron las autoridades el jueves.
“Los ciudadanos de (Israel) no necesitan visado y se les permite permanecer en el país durante 90 días”, dijo Darius Jauniskis, jefe del Departamento de Seguridad del Estado de Lituania, a una emisora de radio local. Jauniskis dijo que Lituania no tiene pruebas de que Sobchak pueda suponer una amenaza para la seguridad nacional.
“Si tuviéramos algo, se tomarían ciertas medidas apropiadas”, dijo a la emisora Ziniu Radijas
El ministro lituano de Asuntos Exteriores, Gabrielius Landsbergis, dijo a los periodistas que “la Sra. Sobchak no está actualmente incluida en ninguna lista de sanciones de la UE, el Reino Unido o Estados Unidos.
Un vídeo de una cámara de vigilancia muestra a Sobchak entrando en Lituania a pie y hablando con funcionarios de la frontera.
Lituania y otros Estados bálticos, junto con Polonia, dejaron de admitir a los ciudadanos rusos con visado Schengen válido en septiembre, como medida de apoyo a Ucrania. Cientos de personas fueron rechazadas, pero muchas siguieron entrando tras presentar pasaportes de otros países en la frontera.
Sobchak, de 40 años, ha sido a menudo crítica con Putin, pero muchas figuras de la oposición rusa la han acusado de servir a la agenda del Kremlin. En 2018, se convirtió en una aspirante liberal en las elecciones presidenciales de Rusia, terminando en un distante cuarto lugar con alrededor del 1,7% de los votos en lo que sus críticos describieron como un esfuerzo del Kremlin para agregar un barniz democrático a la reelección arrolladora de Putin.
Los medios de comunicación rusos afirmaron que había comprado billetes a Dubai y Turquía para engañar a las autoridades, pero que finalmente se marchó a Bielorrusia, desde donde viajó a Lituania. Los informes afirmaban que los investigadores sospechaban que Sobchak estaba implicada en una trama de extorsión junto con su director de medios de comunicación y afirmaban que se había emitido una orden de detención contra ella.
La agencia de noticias rusa Tass también citó información de la investigación que indicaba que Sergei Chemezov, un antiguo asociado de Putin que dirige la corporación estatal Rostec, un conglomerado que controla las industrias de aviación rusas y otros activos de alta tecnología, era víctima de una supuesta extorsión.
Las afirmaciones no han podido ser confirmadas de forma independiente.
Sobchak, hija de Anatoly Sobchak, un alcalde liberal de San Petersburgo del que Putin fue diputado en la década de los 90, tiene amplios contactos entre los ricos y poderosos de Rusia, y el registro de su casa encabezó las noticias nacionales.
Tiene 9,4 millones de seguidores en Instagram, y su glamour, su agudo ingenio y sus maneras desafiantes la han hecho tan querida como odiada. Sobchak se hizo famosa en un primer momento como socialité de moda y estrella de la telerrealidad, y en su día fue apodada la “Paris Hilton rusa”, pero más tarde trató de desprenderse de su imagen mimada y arrogante. Se involucró en la política al sumarse a las masivas protestas en Moscú contra Putin en 2011-12, y más tarde se reinventó como una seria periodista de televisión y activista de la oposición.
Sobchak ha negado servir a la agenda del Kremlin presentándose como aspirante a Putin en 2018. El líder de la oposición, Alexei Navalny, la denunció por desacreditar a la oposición al unirse a la carrera, diciendo que era una “parodia de candidata liberal” y que su participación en la campaña ayudó al Kremlin a dar una imagen negativa de la oposición.
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Jan M. Olsen en Copenhague, Dinamarca, contribuyó a este informe.