La patronal alemana y los sindicatos se oponen conjuntamente al boicot del gas ruso

BERLÍN (AP) – La patronal y los sindicatos alemanes se han unido para oponerse a una prohibición inmediata de la Unión Europea a las importaciones de gas natural procedentes de Rusia por su invasión de Ucrania, afirmando que tal medida provocaría el cierre de fábricas y la pérdida de puestos de trabajo en la mayor economía del bloque.

“Un rápido embargo de gas llevaría a la pérdida de producción, a los cierres, a una mayor desindustrialización y a la pérdida a largo plazo de puestos de trabajo en Alemania”, dijeron Rainer Dulger, presidente del grupo empresarial BDA, y Reiner Hoffmann, presidente de la confederación sindical DGB, en una declaración conjunta el lunes en la agencia de noticias alemana dpa.

La declaración se produce en un momento en que los líderes europeos están discutiendo posibles nuevas sanciones energéticas contra el petróleo ruso, tras la decisión del 7 de abril de prohibir las importaciones de carbón ruso a partir de agosto. Los líderes ucranianos afirman que los ingresos procedentes de las exportaciones energéticas de Rusia están financiando la destructiva guerra de Moscú contra Ucrania y que hay que ponerle fin.

No será fácil hacerlo. Los 27 países de la UE obtienen alrededor del 40% de su gas natural de Rusia y alrededor del 25% de su petróleo. El gas natural sería el más difícil de prescindir, dicen los analistas energéticos, ya que la mayor parte viene por gasoducto desde Rusia y los suministros de gas licuado, que puede pedirse por barco, son limitados en medio de la fuerte demanda mundial.

Alemania, uno de los principales centros de producción e importador de gas ruso, se ha resistido hasta ahora a un cierre inmediato y ha dicho que planea eliminar el petróleo ruso para finales de año y la mayoría de las importaciones de gas ruso para mediados de 2024. La comisión ejecutiva de la UE ha esbozado medidas para reducir el consumo de gas ruso en dos tercios para finales de año mediante el uso de más gas de gasoducto procedente de Noruega y Azerbaiyán, la importación de más gas licuado, la aceleración del despliegue de proyectos eólicos y solares y la intensificación de los esfuerzos de conservación.

El vicecanciller alemán, Robert Habeck, declaró en una entrevista con el grupo mediático Funke que “un embargo de gas inmediato pondría en peligro la paz social en Alemania”.

A pesar de las sanciones económicas generalizadas contra bancos y particulares rusos, la UE sigue enviando unos 850 millones de dólares diarios a Rusia en concepto de petróleo y gas, incluso cuando los gobiernos de la UE condenan la guerra en Ucrania. Entre las empresas que hacen un uso intensivo del gas se encuentran los productores de vidrio, metales, cerámica y productos químicos. Los responsables de la industria dicen que el gas natural sería difícil o imposible de sustituir a corto plazo.

Los analistas afirman que el crudo ruso sería más fácil de sustituir que el gas, pero que un boicot seguiría provocando un aumento de los precios de la energía que afectaría a los consumidores, que ya se enfrentan a una inflación récord del 7,5% en la UE.

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