ANKARA, Turquía (AP) – El Banco Central de Turquía volvió a recortar un tipo de interés clave el jueves, a pesar de que los precios al consumo se disparan y dificultan la compra de alimentos y otros bienes básicos, lo que llevó a la moneda del país a mínimos históricos frente al dólar estadounidense.
El comité de política monetaria del banco dijo que está recortando la tasa del 15% al 14%, aunque la inflación es del 21%, según datos oficiales.
Está en línea con las políticas del presidente Recep Tayyip Erdogan, que ha estado presionando para que los costes de los préstamos sean bajos para impulsar el crecimiento, las exportaciones y las inversiones antes de las elecciones de dentro de un año y medio.
El Banco Central ha recortado los tipos en 5 puntos porcentuales desde septiembre, en contra de la política económica convencional de subir los tipos de interés para aliviar la elevada inflación. Erdogan sostiene que los altos tipos de interés provocan la inflación y se ha declarado “enemigo” de los altos costes de los préstamos.
La lira turca alcanzó un mínimo histórico de 15,28 frente al dólar estadounidense a primera hora del jueves ante la perspectiva de una nueva bajada de tipos y luego amplió sus pérdidas tras la decisión. La lira cotizaba a última hora del jueves a 15,62 frente al dólar, un 5% menos que al cierre del miércoles.
La moneda turca ha perdido cerca de la mitad de su valor desde el comienzo del año.
El banco ha intervenido cuatro veces en las últimas semanas vendiendo divisas en un intento de apuntalar la lira, pero la acción no ha logrado detener su depreciación.
El aumento de los precios al consumo y la caída del valor de la lira han dejado a muchas personas con dificultades para llegar a fin de mes. Se han formado largas colas ante los quioscos municipales que venden pan a precios reducidos.
En un intento de aliviar las dificultades, Erdogan anunció el jueves que el gobierno iba a aumentar el salario mínimo mensual en un 50%, de 2.825 liras (182 dólares) a 4.250 liras (274 dólares), y que dejaría de gravar los ingresos.
“Con este aumento, creo que hemos demostrado nuestra determinación de no permitir que nuestros empleados sean aplastados por el aumento de los precios”, dijo Erdogan tras su anuncio.
“Estamos decididos a poner fin a la incertidumbre que ha surgido debido a las recientes fluctuaciones del tipo de cambio y a las exorbitantes subidas de precios”, añadió.
El líder del principal partido de la oposición turca, Kemal Kilicdaroglu, dijo que su partido no podía “menospreciar” el nuevo salario mínimo, pero expresó su preocupación por el hecho de que la inflación erosione pronto el aumento.
“Si (el gobierno) puede controlar la inflación y la subida de precios, al menos nuestros hermanos que ganan un salario mínimo podrán respirar”, dijo.
Los líderes de los partidos de la oposición han acusado a Erdogan de una grave mala gestión de la economía y han pedido elecciones generales anticipadas. Erdogan insiste en que las elecciones se celebrarán en 2023, como está previsto.