NUEVA YORK (AP) – Ah, el bacon, el huevo y el queso. El clásico sándwich de bodega para el desayuno es un elemento básico en la dieta de muchos neoyorquinos. Es fácil de hacer, fácil de comer sobre la marcha y barato – aunque no tan barato como solía ser.
Para mantenerse al día con los niveles de inflación actuales debido a la pandemia y a la guerra de Rusia con Ucrania, los propietarios de las bodegas no tienen más remedio que subir los precios de sus famosos sándwiches de desayuno a bajo precio.
“Tocino, huevo y queso… no se puede quitar ese sándwich”, dijo Francisco Marte, dueño de una bodega en el Bronx. “Es el sándwich favorito de los neoyorquinos”.
Marte ha tenido que aumentar los precios de todo, desde el azúcar hasta las patatas fritas, y el coste de su sándwich de bacon, huevo y queso ha subido de 2,50 a 4,50 dólares.
A nivel mayorista, la inflación subió un 11,3% en junio en comparación con el año anterior, según informó el Departamento de Trabajo de EE.UU. Los precios al productor han subido casi un 18% en el caso de los bienes y casi un 8% en el de los servicios en comparación con junio de 2021.
“Estas cosas pasan. Y normalmente, en tiempos normales, la cadena de suministro es capaz de absorber parte de ese choque”, dijo Katie Denis, portavoz de la Asociación de Marcas de Consumo, un grupo comercial que representa a las empresas de alimentos, cuidado personal y limpieza. “Ahora mismo, simplemente no hay holgura”.
Frances Rice, que se pasó por la bodega de Marte a por un bacon, un huevo y un queso, dice que está intentando averiguar cómo hacer frente a una menor holgura en su presupuesto mientras los precios suben. Dice que siempre hay un resquicio de esperanza.
“Significa que compro un buen desayuno y lo alargo hasta el almuerzo y no vuelvo a comer hasta que llego a casa, lo que significa que pierdo peso”, dice. “Hay que ver el lado bueno de las cosas, porque ¿sabes qué? De cualquier manera, si tienes que moverte, tienes que pagar. Si tienes hambre, tienes que comer”.