CIUDAD DE MÉXICO (AP) – La industria aérea nacional de México se encuentra en un caos, plagada de problemas de seguridad, una rebaja en la calificación por parte de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos y vandalismo.
Sólo esta semana, los pasajeros perdieron conexiones porque los ladrones cortaron los cables de fibra óptica que conducen al aeropuerto de la Ciudad de México, lo que obligó a las autoridades de inmigración a volver a utilizar los lentos formularios de papel.
El corte de internet del miércoles se produjo casi un mes después de que las autoridades de aviación y transporte se vieran obligadas a suspender los exámenes médicos, físicos y de renovación de licencias hasta 2023 porque los sistemas informáticos del Departamento de Transporte habían sido hackeados.
Después de un cuasi accidente entre dos aviones en el aeropuerto de Ciudad de México el 7 de mayo, las cosas empeoraron. Las autoridades revelaron que una de las principales terminales del aeropuerto se está hundiendo y necesita trabajos de emergencia para apuntalarla.
La respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido proponer que se permita a las aerolíneas extranjeras volar en rutas nacionales. Pero el descenso de la seguridad -la FAA bajó a México de la categoría 1, que tienen la mayoría de los países, a la categoría 2, más baja, en 2021- impide a las aerolíneas mexicanas abrir nuevas rutas a Estados Unidos.
Así, las aerolíneas mexicanas en apuros se enfrentan a la competencia en su mercado doméstico, sin acceso a nuevas rutas internacionales. Los expertos dicen que todo esto parece un desastre para la aviación nacional, un sector en el que López Obrador había puesto especial énfasis en desarrollar.
“No es muy alentador para la inversión ni para la perspectiva de recuperar la categoría 1 en el corto o mediano plazo”, escribió el experto legal en aviación Rodrigo Soto-Morales en la revista especializada a21, refiriéndose al corte de internet y al hackeo.
“Lo que sí sabemos es que estamos estancados”, dijo Soto-Morales en una entrevista, refiriéndose al proceso de recuperación de la máxima calificación de seguridad.
Las autoridades dijeron que los cables de internet del aeropuerto de la Ciudad de México fueron cortados por ladrones que pensaron erróneamente que los cables de fibra óptica eran cobre vendible. Subrayaron que ocurrió fuera de la propiedad del aeropuerto pero, en realidad, se trataba de un conducto de cable que conduce directamente al aeropuerto desde menos de una milla de distancia.
Rogelio Rodríguez Garduño, experto en aviación que enseña derecho aeronáutico en la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo que los hechos reflejan una decadencia de décadas en la regulación de la aviación en México. México, a diferencia de la mayoría de los países, no tiene una agencia de aviación independiente.
“Si algo sale mal, ellos mismos se investigan y dicen que no tienen ninguna responsabilidad”, dijo Rodríguez Garduño.
No es un buen augurio para la promesa de López Obrador de recuperar la categoría 1 de seguridad.
“Parece posible que sea un proceso en el que estemos dando pasos atrás”, dijo Rodríguez Garduño.
Considere el incidente del 7 de mayo, cuando un avión mexicano fue autorizado a aterrizar en una pista donde otro avión estaba a punto de despegar. Llegaron a unos cientos de metros el uno del otro.
La única persona que parece haber sido despedida por el casi accidente fue un miembro de la tripulación de otro avión que filmó el incidente con su teléfono móvil, acompañado de las palabras “No, no, no” y una frase que equivale aproximadamente a “increíble”.
“Los problemas que estamos viendo, por ejemplo, en el control de tráfico aéreo donde los aviones están a punto de chocar… la falla del sistema migratorio, los problemas de capacitación y supervisión de mantenimiento, la expedición de permisos, es algo recurrente que no empezó ayer con esta administración”, dijo Rodríguez Garduño, “aunque esta administración tampoco ha tomado las medidas necesarias.”
Todo es una posición extraña para un presidente que puso tanto énfasis en la industria aérea que uno de los mayores proyectos de su administración fue la construcción de un nuevo aeropuerto de la Ciudad de México para aliviar la presión de la vieja terminal saturada.
López Obrador ha pedido al ejército que ofrezca vuelos civiles nacionales, y ha manifestado públicamente su deseo de que haya una aerolínea estatal en México. Pero al presidente no le gusta gastar dinero en el tipo de organismos reguladores independientes que muchos dicen que son necesarios para garantizar la seguridad.
Soto-Morales atribuyó gran parte de la culpa a la aversión del presidente a los organismos reguladores independientes. La Agencia Federal de Aviación Civil de México, o AFAC, es una oficina del Departamento de Transporte.
“En la lucha por recuperar la categoría 1 (calificación) de la FAA, se debe empezar por repensar o relanzar lo que debe ser la AFAC”, una agencia independiente, dijo Soto-Morales.
En el último año, hubo al menos 17 incidentes de alertas del sistema de alerta de proximidad a tierra de aviones que se acercaban a Méxicoaeropuerto de la ciudad. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo, que representa a 290 aerolíneas, escribió a los Servicios de Navegación del Espacio Aéreo Mexicano expresando su preocupación por las llamadas cercanas.
“México necesita un organismo autónomo con personalidad jurídica que garantice la independencia”, dijo Rodríguez Garduño.