TEGUCIGALPA, Honduras (AP) – La Corte Suprema de Justicia de Honduras aprobó el lunes la extradición del ex presidente Juan Orlando Hernández a Estados Unidos para enfrentar cargos de narcotráfico y armas.
Melvin Duarte, portavoz de la corte, dijo que los magistrados rechazaron la última apelación de Hernández. Duarte dijo que no había más vías de apelación disponibles para él.
La esposa de Hernández, la ex primera dama Ana García, hizo pública una carta en la que el ex presidente vuelve a afirmar su inocencia y dice ser víctima de “venganza y conspiración.”
“Al final me doy cuenta de que existe la posibilidad de enfrentarme a tres cadenas perpetuas, que podrían convertirse en una muerte en vida para mí”, escribió Hernández.
García y las dos hijas de la pareja se presentaron frente al edificio de la Corte Suprema con decenas de seguidores del ex presidente y comenzaron a rezar.
La escena contrastaba con el intenso odio que sentía Hernández por parte de muchos hondureños. Dejó el cargo en enero al concluir su segundo mandato.
A principios de este mes, un juez decidió conceder la solicitud de extradición de Estados Unidos, y aparentemente lo único que queda por hacer es el papeleo.
Los fiscales estadounidenses del Distrito Sur de Nueva York han acusado a Hernández en los últimos años de financiar su ascenso político con los beneficios de los narcotraficantes a cambio de proteger sus envíos. Él ha negado rotundamente cualquier delito.
Hernández ha mantenido que las declaraciones en su contra han sido realizadas por narcotraficantes extraditados por su gobierno que querían vengarse de él. Niega tener vínculos con narcotraficantes.
Iván Martínez, uno de los abogados de Hernández, dijo que “aunque no estemos de acuerdo con ninguna de las decisiones… tenemos que respetarla, ese es el estado de derecho.”
Hernández fue detenido en su casa el 15 de febrero a petición del gobierno de Estados Unidos.
El arresto se produjo menos de tres semanas después de que dejara el cargo y se produjo tras años de acusaciones por parte de los fiscales estadounidenses sobre sus presuntos vínculos con los narcotraficantes. Su hermano, Juan Antonio “Tony” Hernández, fue condenado a cadena perpetua en una prisión estadounidense por cargos de drogas y armas en marzo de 2021.
Tras su detención, el ex presidente fue conducido ante las cámaras flanqueado por la policía, con grilletes en las muñecas y los tobillos, y con un chaleco antibalas.