La captura de un capo del narcotráfico en México podría ser una señal para EEUU
CIUDAD DE MÉXICO (AP) – Mientras los marinos mexicanos se acercaban al infame narcotraficante Rafael Caro Quintero en lo profundo de las montañas de su estado natal de Sinaloa, fue un sabueso de 6 años llamado “Max” quien sacó de la maleza al hombre presuntamente responsable del asesinato de un agente de la DEA estadounidense hace más de tres décadas.
Aunque la motivación de Estados Unidos para encontrar a Caro Quintero nunca estuvo en duda -de ahí la recompensa de 20 millones de dólares por información que condujera a su captura-, había menos certeza sobre el compromiso del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, que había dejado claro su desinterés por perseguir a los capos de la droga.
Sin embargo, el viernes, tres días después de que López Obrador y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunieran en la Casa Blanca, el objetivo más buscado por la Agencia Antidroga de Estados Unidos estaba bajo custodia mexicana.
La Procuraduría General de la República dijo en un comunicado a última hora del viernes que Caro Quintero fue detenido para ser extraditado a Estados Unidos y que sería recluido en el penal de máxima seguridad del Altiplano, a unos 80 kilómetros al oeste de Ciudad de México.
“Me parece que en las pláticas privadas entre el presidente Joe Biden y Andrés Manuel (López Obrador) seguramente acordaron volver a entregar a narcotraficantes de alto perfil, lo cual había sido suspendido”, dijo el analista de seguridad David Saucedo.
La cooperación entre la DEA y los marinos de México había llevado a algunas de las capturas de más alto perfil durante las administraciones anteriores, pero no bajo López Obrador, señaló Saucedo.
Ambos presidentes se enfrentan a presiones internas para hacer más contra los narcotraficantes. Con la detención de Caro Quintero, “los narcos están siendo capturados de nuevo y creo que claramente era lo que se necesitaba”, dijo Saucedo.
Samuel González, quien fundó la oficina de crimen organizado en la Procuraduría General de la República y ahora es analista de seguridad, dijo que la captura podría no tener un efecto importante en el mapa del crimen organizado en México, ya que Caro Quintero no era tan poderoso como hace décadas, e incluso podría generar más violencia en territorios como Sonora, en la frontera con Estados Unidos.
Pero dijo que en beneficio de López Obrador, la detención “muestra la evidencia de que no hay protección a los capos” de su administración.
González considera que Caro Quintero ha sido durante mucho tiempo una espina en la relación bilateral, pero dijo que “sin duda” su captura fue fruto de las recientes negociaciones en Washington.
“Los norteamericanos nunca dejaron de presionar para su detención”, dijo González.
El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, y el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, agradecieron los esfuerzos de México por capturar al hombre al que se le atribuye la brutal tortura y asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985, un caso que supuso un punto bajo en las relaciones entre Estados Unidos y México.
“Este logro es un testimonio de la determinación de México para llevar a la justicia a alguien que aterrorizó y desestabilizó a México durante su tiempo en el Cártel de Guadalajara; y está implicado en el secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA Kiki Camarena”, dijo Salazar en un comunicado a última hora del viernes.
Garland dijo que el gobierno de Estados Unidos buscaría su extradición inmediata.
“Mi esperanza es que con la captura de Caro Quintero, eso arregle muchas tensiones entre la DEA y México”, dijo Mike Vigil, ex jefe de operaciones internacionales de la DEA.
La Marina y la Procuraduría General de la República dirigieron la operación en las profundidades de las montañas que se extienden a lo largo de la frontera entre los estados de Sinaloa y Chihuahua, a muchos kilómetros de cualquier carretera pavimentada. Encontraron a Caro Quintero, con ayuda de “Max”, escondido entre la maleza en un lugar de Sinaloa llamado San Simón.
Un helicóptero Blackhawk de la marina que transportaba a 15 personas se estrelló cerca de la ciudad costera de Los Mochis durante la operación, matando a 14 de los que iban a bordo. La marina dijo en un comunicado que parecía haber sido un accidente, con la causa aún bajo investigación.
López Obrador dijo el viernes por la noche que los marinos habían estado prestando apoyo a las fuerzas que capturaron a Caro Quintero.
Caro Quintero era originario de Badiraguato, Sinaloa, el mismo municipio de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el ex líder del cártel de Sinaloa, que llegó después. Caro Quintero fue uno de los fundadores del cártel de Guadalajara y, según la DEA, fue uno de los principales proveedores de heroína, cocaína y marihuana a Estados Unidos a finales de los años 70 y 80.
Culpó a Camarena de una redada en una enorme plantación de marihuana en 1984. Al año siguiente, Camarena fue secuestrado en Guadalajara, supuestamente por orden de Caro Quintero. Su cuerpo torturado fue encontrado un mes después.
Caro Quintero fue capturado por primera vezen Costa Rica en 1985 y estaba cumpliendo una condena de 40 años en México cuando un tribunal de apelación anuló su sentencia en 2013. El Tribunal Supremo confirmó la sentencia, pero ya era demasiado tarde: Caro Quintero había sido trasladado en un vehículo que lo esperaba.
Caro Quintero fue añadido a la lista de los 10 más buscados del FBI en 2018 con una recompensa de 20 millones de dólares por su captura.
López Obrador había parecido previamente ambivalente sobre su caso.
El año pasado, el presidente dijo que el recurso legal que llevó a la liberación de Caro Quintero estaba “justificado” porque supuestamente no se había dictado una sentencia contra el narcotraficante después de 27 años en la cárcel. López Obrador también calificó una posterior orden de reaprehensión como un ejemplo de la presión de Estados Unidos.
“Una vez que salió, tuvieron que buscarlo de nuevo, porque Estados Unidos exigió que no debía salir, pero legalmente el recurso estaba justificado”, dijo López Obrador.
El vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez, dijo entonces: “El presidente sólo decía que era una aberración jurídica que el juez no hubiera emitido una sentencia sobre el señor Caro Quintero después de 27 años… pero no estaba defendiendo su liberación.”
Mientras Caro Quintero estaba prófugo, la reportera mexicana Anabel Hernández lo entrevistó dos veces en las montañas del norte de México sin revelar el lugar. Caro Quintero afirmó en esas entrevistas que ya no estaba involucrado en el tráfico de drogas.