Que conste en acta que Candace Bushnell no se considera fan de la controvertida serie de HBO Max Sexo en Nueva York serie revival, Y así de fácil… Y para ella, no tiene nada que ver con el Che Díaz.
El Sexo en Nueva York autora e inspiración en la vida real de Carrie Bradshaw concedió una jugosa entrevista a Jia Tolentino en The New Yorker en la que admitió estar “realmente sorprendida por muchas de las decisiones tomadas en el reinicio”.
El tema surgió cuando Tolentino le preguntó si Bushnell podía identificarse con las experiencias de los personajes al darse cuenta de que están fuera de la cultura “woke” y al lidiar con sus privilegios en la nueva serie. Su respuesta fue vagamente sombría. “Ya sabes, es un producto televisivo, hecho con Michael Patrick King y Sarah Jessica Parker, que han trabajado mucho con HBO en el pasado”, dijo. “HBO decidió volver a poner esta franquicia en sus manos por diversas razones, y esto es lo que se les ocurrió”.
Bushnell compartió que ya no se ve a sí misma en Carrie “en absoluto”, citando la trayectoria de la protagonista obsesionada con los zapatos de sentar la cabeza con Big (Chris Noth). “Quiero decir que Carrie Bradshaw acabó siendo una mujer estrafalaria que se casó con un tipo muy rico. Y esa no es mi historia, ni la de ninguna de mis amigas. Pero la televisión tiene su propia lógica”, dijo. Eso se alinea con lo que Bushnell ha dicho en el pasado sobre la sensación de que dejó de relacionarse con Carrie durante la serie original cuando el personaje tuvo un famoso romance con Big mientras estaba casado con otra mujer.
Una cosa que Bushnell hizo tenía en común con Carrie, sin embargo, era un estilo de vida desconcertantemente lujoso para una columnista de sexo en los años 90. En el New Yorker Bushnell arrojó involuntariamente algo de luz sobre cómo Carrie podía permitirse su magnífico apartamento de una habitación en Manhattan con su armario de alta costura sin fondo, por no hablar de todas las salidas a clubes y cenas en restaurantes de moda. Le contó a Tolentino que hace tres décadas le pagaban 5.000 dólares al mes por su Vogue columna “People Are Talking About”. Su tarifa para el Observer columna que se convirtió en Sexo en Nueva York, mientras tanto, era de 2 dólares por palabra, lo que, según Tolentino, seguiría considerándose competitivo hoy en día, casi 30 años después.
“Es decir, era una época en la que los escritores recibían un Vanity Fair contrato por seis piezas y doscientos cincuenta mil dólares al año”, explicó Bushnell. No es de extrañar que Carrie nunca se pusiera nerviosa por gastar 800 dólares en un par de Manolos enjoyados.
En otra parte de la entrevista, la otrora fiestera abordó los rumores de que se unirá al reparto de The Real Housewives of New York City. Y, por desgracia, parece que Bushnell no va a pasearse por el Upper East Side con Sonja Morgan en breve.
“Me encanta ese rumor. Me gustaría que fuera cierto”, dijo. “Luann es una de mis vecinas en Sag Harbor, me encanta Luann. Conozco a Ramona y Sonja desde hace años. Pero no, nadie se ha puesto en contacto conmigo”.
Pero a pesar de que cree que es demasiado poco combativa para las payasadas de la franquicia Bravo, Bushnell está totalmente de acuerdo con la idea de unirse Amas de casa. Estamos cruzando los dedos para que Andy Cohen tenga un New Yorker suscripción.