GINEBRA (AP) – Un informe anual de la agencia laboral de las Naciones Unidas destacó el viernes las condiciones de trabajo de los uigures y otras minorías musulmanas en la región occidental china de Xinjiang, señalando signos de “medidas coercitivas” que privan a los trabajadores de la libre elección en la selección de puestos de trabajo y pidiendo a Pekín que proporcione más información sobre cómo está respetando sus derechos.
El informe de un comité de expertos de la Organización Internacional del Trabajo encargado de ayudar a los países a cumplir sus propios compromisos internacionales hizo hincapié en el aspecto de los derechos laborales de las políticas de China en Xinjiang. Los grupos de defensa y los gobiernos occidentales, entre otros, han expresado su preocupación por el trato que reciben los musulmanes de la región.
El informe, de 870 páginas, también recoge una serie de preocupaciones sobre decenas de países a los que, en efecto, se insta a mejorar las condiciones laborales y de trabajo.
El comité de 20 miembros de expertos internacionales independientes citó la defensa que hace el gobierno chino, en otro informe, de lo que denomina centros de formación profesional en Xinjiang. Pekín afirma que los centros pretenden ayudar a mejorar las condiciones económicas y a desactivar la violencia extremista en la región.
“La comisión toma debida nota de la opinión expresada en el informe del gobierno de que ‘algunas fuerzas sensacionalizan imprudentemente la cuestión del llamado “trabajo forzoso” en Xinjiang en varias ocasiones’, y añade que esto ‘no es más que una franca mentira, un truco sucio con motivos ulteriores'”, afirma el documento de la Organización Internacional del Trabajo.
“Sin embargo, la comisión no puede dejar de observar que la situación laboral de los uigures y otras minorías musulmanas en China ofrece numerosos indicios de medidas coercitivas, muchos de los cuales surgen de documentos normativos y políticos”, escribieron los expertos de la ILA.
Dijeron que “varios indicadores” apuntaban a la reubicación de los trabajadores bajo escolta de seguridad, la estricta vigilancia y “retención” de los trabajadores, y “la amenaza de internamiento en centros de educación y formación profesional si los trabajadores no aceptan la ‘administración del gobierno’.”
El comité pidió al gobierno de China que proporcionara más información sobre cómo sus políticas apoyan el “empleo libremente elegido” y evitan el trabajo forzado, y que proporcionara información sobre los tipos de cursos a los que asisten los uigures en los centros de formación, y el número de participantes.
Un portavoz de la misión diplomática china en Ginebra, donde tiene su sede la agencia de la ONU, no respondió inmediatamente a un correo electrónico y a un mensaje de voz de The Associated Press en busca de comentarios.
Estados Unidos, que ha denunciado repetidamente las condiciones a las que se enfrentan los uigures, respondió rápidamente al informe del viernes. El Departamento de Estado emitió un comunicado “para reiterar nuestro llamamiento para que (la República Popular China) ponga fin a su genocidio y a los crímenes contra la humanidad perpetrados contra los uigures, predominantemente musulmanes, y los miembros de otros grupos étnicos y religiosos minoritarios de Xinjiang”, así como a su uso de “trabajos forzados”.