BANGKOK (AP) – Se espera que el primer ministro japonés Fumio Kishida hable con su homólogo tailandés Prayuth Chan-ocha sobre asuntos económicos, la agitación en Myanmar y la guerra de Rusia en Ucrania cuando se reúnan el lunes en medio de su gira por cinco países en el extranjero.
Kishida llegó a Tailandia el domingo tras visitar Indonesia y Vietnam. Está previsto que después de Tailandia vaya a Italia y al Reino Unido.
Las inversiones económicas japonesas han sido clave para la industrialización de Tailandia en las últimas seis décadas, especialmente en la industria del automóvil, que ahora busca expandirse en el sector de los vehículos eléctricos.
También es probable que figure en su agenda el violento conflicto en el país vecino de Tailandia, Myanmar, que algunos expertos califican de guerra civil. Varios gobiernos han impuesto sanciones a los militares de Myanmar por la toma del poder el año pasado, y otros países del sudeste asiático, como Indonesia y Singapur, han condenado sus abusos.
Tailandia y Japón comparten un enfoque más suave y han sido menos críticos con los militares en el poder. Tailandia tiene importantes intereses económicos en Myanmar y tiene su propia historia de gobierno militar. Japón ha mantenido históricamente relaciones amistosas con los gobiernos militares que han gobernado Myanmar la mayor parte de las últimas seis décadas.
Funcionarios japoneses han dicho que Kishida también discutiría un posible Acuerdo de Acceso Recíproco con Tailandia, destinado a profundizar su cooperación en materia de defensa. El acuerdo permitiría la realización de ejercicios conjuntos, el entrenamiento y el estacionamiento de sus ejércitos en el territorio del otro.
Kishida discutió el domingo la guerra en Ucrania con los líderes vietnamitas y dijo que estaban de acuerdo en el respeto al derecho internacional y el rechazo al uso de la fuerza.
Japón ha condenado la invasión rusa y se ha unido a las naciones occidentales en la imposición de sanciones contra Moscú. Vietnam, al igual que la mayoría de las naciones del sudeste asiático, ha evitado criticar directamente a Rusia y ha pedido moderación, el respeto de la carta de la ONU y el diálogo para buscar una solución pacífica al conflicto.