TOKIO (AP) – El Parlamento de Japón aprobó el lunes un presupuesto extra récord de casi 36 billones de yenes (317.000 millones de dólares) para el año fiscal hasta marzo, con el fin de ayudar a los hogares y empresas afectados por la pandemia.
El presupuesto se destina en gran parte a financiar las medidas del COVID-19, que incluyen vacunas de refuerzo y medicamentos orales. También incluye pagos en efectivo para las familias con niños y una campaña de promoción para el sector turístico, muy afectado, que según los críticos son regalos de barriles de cerdo.
El primer ministro, Fumio Kishida, dijo que el presupuesto suplementario pretende reactivar una economía que aún no se ha recuperado del todo de la pandemia y lograr un mayor crecimiento y una distribución más equitativa de la riqueza bajo su política de “nuevo capitalismo”.
Bajo el mandato de Kishida, el gobierno ha reforzado las restricciones fronterizas para ayudar a mantener a raya los casos de la variante omicrónica del coronavirus, que se propaga rápidamente, después de haber conseguido reducir los niveles de infección de forma drástica en los últimos meses.
El presupuesto incluye pagos de 100.000 yenes (880 dólares) a los hogares con niños de 18 años o menos y una subvención de 2,5 millones de yenes (22.000 dólares) para las empresas que hayan sufrido pérdidas sustanciales de ventas debido a la pandemia. También se pagará para aumentar los salarios de las enfermeras y otros cuidadores.
Destina 617.000 millones de yenes (5.400 millones de dólares) a promover la fabricación de semiconductores dentro de Japón, ya que el país se esfuerza por mejorar su seguridad económica y contrarrestar la escasez de los chips informáticos, vitales para una amplia gama de productos. El presupuesto también financiará la promoción del turismo, la sostenibilidad y la digitalización.
En respuesta a la creciente preocupación por el aumento del poderío chino y otros retos estratégicos, incluye unos 773.000 millones (6,8 dólares) dedicados a acelerar el despliegue de sistemas de defensa antimisiles y otros preparativos militares.
El subsecretario jefe del gabinete, Seiji Kihara, dijo el lunes a los periodistas que el gobierno tiene previsto aplicar rápidamente las medidas planificadas a la población para apoyar “la reconstrucción de la economía afectada por la pandemia y la reanudación de la actividad social y económica” tras las amplias precauciones sanitarias impuestas para combatir los brotes de coronavirus.
El gobierno de Japón ha insistido en que está consiguiendo atrapar a las personas infectadas con la variante omicrónica en la frontera, pero los expertos han advertido que puede estar propagándose localmente.
El Ministerio de Sanidad informó de 14 casos de omicron entre las personas que llegaron a los aeropuertos japoneses, lo que eleva los casos conocidos de omicron a más de 80.
En Okinawa, un importante grupo se ha propagado en la base del Cuerpo de Marines de EE.UU. de Camp Hansen, donde se han infectado al menos 180 marines trasladados recientemente desde Estados Unidos. Se desconoce si entre ellos hay casos de omicronismo.
Japón, un país de unos 126 millones de habitantes, ha registrado alrededor de 1,73 millones de casos de COVID-19 y 18.400 muertes desde que comenzó la pandemia hace dos años.