TOKIO (AP) – Japón aprobó el viernes nuevas restricciones para frenar el fuerte aumento de casos de coronavirus en las tres regiones más afectadas del suroeste, Okinawa, Yamaguchi e Hiroshima.
“Dado el repentino aumento de las infecciones, el sistema médico corre el riesgo de sufrir una pesada carga en un futuro próximo”, dijo Daishiro Yamagiwa, el ministro encargado de las respuestas al COVID-19, en una reunión del panel gubernamental.
Las nuevas medidas incluyen el cierre más temprano de los restaurantes, la prohibición de servir alcohol y la restricción de los eventos a gran escala. Los detalles de estas medidas, que comenzarán el domingo y durarán hasta finales de mes, se deciden a nivel local y probablemente variarán.
Japón ha sufrido periodos de restricciones similares en los dos últimos años en varias zonas, incluida Tokio. La última orden de restricción de la actividad se levantó en septiembre.
Esta vez, la propagación de la variante omicron altamente contagiosa parece estar golpeando primero a las prefecturas que albergan al ejército estadounidense.
Los casos en Okinawa, donde se encuentran la mayoría de los 55.000 soldados estadounidenses en Japón, se han multiplicado por 30 en una semana. El viernes se registraron hasta 1.400 nuevos casos, frente a los 981 del día anterior, según funcionarios del gobierno de Okinawa.
Los casos también están aumentando en Yamaguchi, que alberga la base de Iwakuni, y en la cercana Hiroshima, a un ritmo más rápido que en el resto de Japón.
Crece la preocupación por un posible aumento de las hospitalizaciones. Las vacunas de refuerzo, que según los expertos previenen los casos graves, se han administrado a menos del 1% de la población, empezando por los profesionales médicos.
Es probable que la mayoría de la gente tenga que esperar más de los seis meses que siguen a la segunda dosis, el periodo recomendado por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Los datos de los viajes de fin de año y de Año Nuevo mostraron que la gente se movió menos que en la época anterior a la pandemia, pero destacaron que la gente se está cansando de quedarse en casa. Las tiendas, los bares y las calles han estado últimamente abarrotadas.
Japón ha informado de unas 18.300 muertes relacionadas con el COVID-19 hasta el momento. La última medida del gobierno pretende enviar una advertencia al público.
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