‘House of Hammer’ expone a la familia del espectáculo de terror de Armie Hammer

 ‘House of Hammer’ expone a la familia del espectáculo de terror de Armie Hammer

Numerosos informes, así como sus propios mensajes de texto, indican que a Armie Hammer le gusta atar a las mujeres, abusar de ellas física y sexualmente y maltratarlas, y fantasear con comerse su carne. Nada de esto se ha probado legalmente y actualmente no se enfrenta a cargos penales por ninguna de las afirmaciones que se han hecho contra él, pero el tribunal de la opinión pública ha hablado gracias a las acusaciones de múltiples ex novias sobre su patrón habitual de coerción y control. Casa del Martillo no hará sino dañar aún más su maltrecha reputación, revisando esas desagradables acusaciones a través del testimonio de la franca ex-amante Courtney Vucekovich y de los detectives de las redes sociales que amplificaron su historia y otras similares.

Sin embargo, lo peor para el actor son las afirmaciones de su tía, Casey Hammer, sobre su ilustre familia, que según ella se define por su historia de dominación masculina, criminalidad y monstruosidad sexual.

Una docuserie de Discovery+ de tres partes que se estrenará el 2 de septiembre, La casa del martilloEl gancho principal de la serie es la participación de Casey, que censura enormemente a su abuelo Armand, a su hijo (y su padre) Julian, y a su hermano (y padre de Armie) Michael. Tal y como ella lo cuenta, estos individuos eran tres personas disfuncionales, insensibles e intimidantes, y está más que feliz -junto con los directores Elli Hakami y Julian P. Hobbs- de airear los trapos sucios del clan, empezando por Armand, cuyo padre fue el miembro fundador del Partido Comunista Americano, y que supuestamente pasó sus primeros años trabajando como un auténtico espía contra Estados Unidos, canalizando dinero e información desde nuestras costas a la Unión Soviética. Cuando llegó el momento de convertirse en un jugador de poder capitalista, Armand borró esos elementos de su historia, así como despachó a sus dos primeras esposas antes de casarse con la tercera, que fue la financiadora de su eventual ascenso al estatus de magnate a la cabeza de Occidental Petroleum.

Casa del Martillo pinta a Armand como un tirano despiadado que gobernó las vidas de su progenie, hizo una fortuna a través de sobornos y otras actividades ilícitas, y se preocupó poco por nadie más que por sí mismo, marcado por su constante vigilancia de las actividades de todo el mundo y, lo más revelador de todo, por una anécdota sobre cómo, cuando su esposa descubrió que tenía una aventura con Martha Kaufman, respondió obligando a Martha a cambiar su nombre por el de Hillary Gibson (así como su pelo) para que pudieran continuar su relación. Aunque el hijo descontrolado de Armand, Julian, aprendió del ejemplo de su padre -en una desagradable historia, el documento alega que se peleó con su hijo Michael después de intentar comprar a la novia adolescente de éste en una fiesta, tras lo cual tuvo una aventura de 8 meses con ella-, Armand odiaba a su vástago. Pero quién no lo haría, dado que tuvo que encubrir el asesinato de Julian en 1955 por una deuda de juego. En cambio, Armand vio a su nieto Michael como su heredero aparente, y lo transformó de un joven juerguista en su sucesor.

Según la serie de Hakami y Hobbs, Michael se convirtió en un cristiano evangélico después de casarse con su esposa Dru, y finalmente se acercó a Armand con el suficiente éxito como para convertirse en su principal beneficiario (por valor de 40 millones de dólares) cuando el magnate falleció en 1990. Casey equipara las despiadadas maniobras empresariales de Michael con la explotación misógina y el derecho de sus parientes Hammer, incluido Armie, cuyo comportamiento se presenta como la continuación de una larga tradición familiar. A lo largo de Casa de los HammerCasey habla enérgicamente de las transgresiones perpetradas por sus parientes tanto contra otros como contra ella misma, la más condenatoria de las cuales es su revelación de que su padre Julian no sólo era un alcohólico y drogadicto físicamente temible, sino que supuestamente era un depredador que abusaba sexualmente de ella, una ofensa de la que se muestra reticente a hablar en detalle.

Hay mucha ranciedad en La casa del martillo, liderado por la ya bien documentada conducta de Armie, cuyas recientes tribulaciones alimentadas por las redes sociales se repiten en el primer episodio de la serie. Hakami y Hobbs nunca pierden la oportunidad de dar a su material el mayor grado de sensacionalismo posible, ya sea a través de espeluznantes recreaciones dramáticas (llenas de puertas que se cierran ominosamente, pasillos sombríos y tomas de cuerdas tendidas en las camas de los hoteles) y acompañadas de música y pistas de sonido sobredimensionadas. La serie se apoya en su naturaleza sensacionalista en todos los giros disponibles, hasta el punto de entrar ocasionalmente en conflicto con su apoyo al estilo #MeToo a las víctimas de Armie, aquí encarnadas por Vucekovich, una empresaria de Dallas cuya relación improvisada con el Call Me by Your Name La estrella comenzó con un chat en línea y terminó con incidentes relacionados con el bondage que Courtney sigue estando demasiado traumatizada para describir completamente.

“La serie se inclina por su naturaleza sensacionalista en todos los giros disponibles, hasta el punto de entrar ocasionalmente en conflicto con su apoyo al estilo #MeToo a las víctimas de Armie…”

El relato de Courtney deja al descubierto el modus operandi de Armie, que consiste en colmar de afecto y atenciones a sus nuevas víctimas (es decir, en “bombardearlas de amor”), arrasarlas con viajes al desierto y, después, revelar poco a poco sus verdaderos apetitos desviados, que incluyen el shibari (una forma japonesa de esclavitud con cuerda), grabar sus iniciales -y dejar horribles marcas de mordiscos- en sus amantes, y fantasías de violación y canibalismo. Las transcripciones de sus intercambios de texto con Courtney dejan clara su estrategia para cortejar a las mujeres. Al mismo tiempo, las usuarias de las redes sociales Candice Cronkhite y Lauren Skae explican cómo -después de que Effie, la ex de Armie, publicara conversaciones retorcidas con él a través de su cuenta de Instagram @houseofeffie- trabajaron para dar a conocer la controversia que rodea al actor y, posteriormente, los oscuros secretos de su familia. En lo que respecta a las recapitulaciones de los escándalos en curso, es una recapitulación útil, ayudada por fotos de archivo, películas caseras y vídeos personales, algunos de ellos extraídos de la Finsta privada de Armie.

El hecho de que Armie se enfrente alguna vez a la justicia por sus presuntas infracciones sigue estando en el aire, al igual que sus posibilidades de recuperar su carrera, que tanto ansía (aunque es un misterio cómo influye en ese plan su actual trabajo vendiendo multipropiedades en las Islas Caimán). No obstante, es un híbrido entre una exposición chabacana de TMZ y una autobiografía incendiaria, House of Hammer presenta a su protagonista bajo la luz menos halagüeña imaginable, presentándolo como un violento abusador que aprendió los trucos de su oficio de terrorista de sus antepasados, convirtiéndolo así en la aparente encarnación cinematográfica de la corrosiva riqueza y el privilegio estadounidenses.

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