Greenpeace: La caza de gas en Grecia es una amenaza “insoportable” para las ballenas

ATENAS, Grecia (AP) – Greenpeace renovó el miércoles sus llamamientos contra la propuesta de exploración de petróleo y gas en aguas profundas frente al suroeste de Grecia, advirtiendo de las consecuencias “insoportables” para las ballenas y los delfines del Mediterráneo en peligro de extinción.

El responsable de Greenpeace Grecia, Kostis Grimanis, dijo que el proyecto debe desecharse antes de que “empiece a destrozar el Mediterráneo”.

El llamamiento se produjo mientras el grupo ecologista publicaba una nueva investigación sobre las poblaciones de mamíferos marinos en partes de la Fosa Helénica de varios kilómetros de profundidad, incluidas las zonas que se verían afectadas por las prospecciones.

El proyecto de verano de tres semanas, en cooperación con el Instituto de Investigación de Cetáceos Pelagos, con sede en Atenas, detectó 35 cachalotes en peligro de extinción y docenas de delfines -algunos amenazados- en profundidades de hasta 4.200 metros.

Greenpeace dijo que los cetáceos sensibles al sonido -ballenas y delfines- estarían en peligro por las ensordecedoras explosiones sónicas utilizadas en las prospecciones submarinas. Las autoridades griegas replican que se respetarán las estrictas salvaguardias medioambientales.

En 2019, Grecia concedió los derechos de exploración de dos bloques del fondo marino al sur y al suroeste de la isla de Creta a un consorcio de empresas energéticas TotalEnergies y ExxonMobil con la griega Hellenic Petroleum. Los ecologistas protestaron en su momento, destacando también el riesgo potencial de vertidos de las perforaciones en aguas profundas. La prospección aún no ha comenzado, y no está claro cuándo lo hará, aunque la concesión establece que debe ser en invierno, para afectar menos a los periodos de cría de los cetáceos.

Grimanis, de Greenpeace, dijo que el proyecto significa “exponer a especies en peligro de extinción y a ecosistemas cruciales a un ruido y una contaminación insoportables por las explosiones sísmicas y las operaciones de perforación en aguas profundas.”

“¿Y para qué? Para seguir quemando petróleo y gas, una de las fuentes de energía más sucias y caras, cuando la crisis climática exige que nos alejemos urgentemente de ellas.”

La Fosa Helénica incluye las aguas más profundas del Mediterráneo, a 5.267 metros, y es un hábitat vital para los pocos cientos de cachalotes del mar, y para otros cetáceos ya amenazados por la pesca, las colisiones con barcos y la contaminación por plásticos.

Estos mamíferos son especialmente sensibles al ruido submarino producido por las prospecciones sísmicas en busca de combustibles fósiles, en las que las ondas sonoras rebotan en el lecho marino para localizar posibles yacimientos. Se ha demostrado que el sonar utilizado por los buques de guerra tiene efectos mortales en las ballenas, y los expertos afirman que los estudios sísmicos pueden hacer lo mismo.

Grecia espera obtener ingresos y lograr una mayor seguridad energética mediante el petróleo y el gas en alta mar, y la cuestión de los derechos de explotación submarina ha envenenado aún más las relaciones con la vecina Turquía, que reclama como propias amplias zonas del Mediterráneo oriental.

No obstante, un comunicado de Greenpeace instó el miércoles a Atenas a cancelar “inmediatamente” “todos los planes de combustibles fósiles”.

“Cualquier nueva inversión en el falsamente anunciado gas fósil ‘bueno’ se convertirá en pocos años en un activo varado con consecuencias nefastas para la economía … y los recursos naturales del país”, decía.

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