EXPLÍCITO: Por qué el Día de la Victoria en Rusia es diferente este año

La invasión de Ucrania significa que menos tanques rusos y otros equipos militares retumbarán en la Plaza Roja de Moscú el lunes, cuando el país celebra su victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el fervor patriótico asociado a la fiesta sagrada podría ser más fuerte que nunca.

El Día de la Victoria de este año no sólo honrará un conflicto que terminó hace 77 años. Muchos rusos pensarán en los miles de soldados que luchan en la vecina Ucrania. Las señales de apoyo a los militares han crecido en todo el país desde que comenzó la invasión el 24 de febrero, con la letra “Z” apareciendo en vallas publicitarias y carteles en las calles y el metro, y en la televisión y las redes sociales.

El Kremlin se ha negado a referirse a los combates en Ucrania como una “guerra”, llamándolos en cambio una “operación militar especial”. Algunos observadores creen que el presidente Vladimir Putin podría aprovechar el día festivo para declarar finalmente que la operación es una guerra con el fin de reforzar el compromiso nacional de Rusia con el esfuerzo.

Una mirada al significado del Día de la Victoria en Rusia:

LA GUERRA Y EL RECUERDO

La Unión Soviética perdió la friolera de 27 millones de personas en la Segunda Guerra Mundial, a la que llama la Gran Guerra Patriótica. El conflicto, que devastó ciudades y campos, causó un enorme sufrimiento y dejó una profunda cicatriz en la psique nacional.

El Día de la Victoria es un acontecimiento raro en la divisiva historia postsoviética del país que es venerado por todos los actores políticos, y el Kremlin ha utilizado ese sentimiento para fomentar el orgullo patriótico y subrayar el papel de Rusia como potencia mundial.

Las celebraciones anuales incluyen un enorme desfile militar en la Plaza Roja en el que se exhiben los últimos armamentos, desde tanques hasta aviones de combate y misiles balísticos intercontinentales con punta nuclear.

Este año, el arsenal de armas que se mostrará en el desfile se ha reducido significativamente con respecto al año pasado, en un aparente reflejo del fuerte compromiso militar en Ucrania.

LUCHA CONTRA LOS “NEONAZIS

Al ordenar la invasión, Putin declaró que su objetivo era la “desmilitarización” de Ucrania para eliminar una supuesta amenaza militar para Rusia por parte de los “neonazis”, una retórica condenada por Ucrania y Occidente como una cobertura ficticia para un acto de agresión contundente.

Para tratar de respaldar la afirmación, Putin y sus funcionarios han señalado la adulación por parte de los grupos de derecha ucranianos de los líderes nacionalistas Stepan Bandera y Roman Shukhevych, que se pusieron del lado de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y su percibido uso de los símbolos de las unidades nazis.

La retórica también ha sido utilizada por el Kremlin para tratar de reforzar el apoyo público a la guerra en medio de las grandes pérdidas de tropas y equipos y el enorme daño económico de las sanciones occidentales.

El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, que es judío, se ha burlado de la afirmación de “desnazificación” del Kremlin. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, respondió estableciendo un paralelismo entre Zelenskyy y Adolf Hitler, una declaración que ha suscitado duras críticas por parte de Israel.

¿SE PRECIPITA LA OFENSIVA?

Algunos en Ucrania y en Occidente esperaban que Putin tratara de buscar ganancias rápidas antes de la fiesta del 9 de mayo, en un posible intento de presentarla como una victoria decisiva y utilizarla como una salida de lo que cada vez parece más un atolladero desastroso que desangra los recursos de Rusia y amenaza su estabilidad.

Tras un intento fallido de asaltar Kiev y otras grandes ciudades del norte de Ucrania en las primeras etapas de la guerra, el Kremlin ha cambiado su enfoque hacia el corazón industrial del este conocido como el Donbás, donde los rebeldes respaldados por Moscú han estado luchando contra las fuerzas gubernamentales ucranianas desde 2014. Ese conflicto estalló semanas después de la anexión de la península ucraniana de Crimea por parte de Rusia.

El ejército ruso ha rearmado y reabastecido a sus fuerzas retiradas de Kiev y las ha trasladado a Donbás en un aparente intento de rodear y destruir a las tropas ucranianas más capaces y experimentadas concentradas allí.

Pero esa ofensiva en el este se ha enfrentado a las firmes defensas ucranianas y sólo ha logrado avances graduales, desvaneciendo las esperanzas del Kremlin de una rápida victoria. Parece casi imposible que se produzcan avances significativos antes del 9 de mayo.

En una entrevista esta semana, Lavrov dijo: “Nuestros militares no van a vincular artificialmente su acción a ninguna fecha, incluido el Día de la Victoria”.

SUBIENDO LA APUESTA

Algunos partidarios de la línea dura rusa han criticado al Kremlin por utilizar sólo una fuerza limitada e instaron a un esfuerzo de movilización a nivel nacional. Algunos funcionarios y observadores occidentales creen que Putin puede utilizar el 9 de mayo para declarar formalmente la guerra y anunciar una movilización total de la población para aumentar el número de tropas para una ofensiva.

“Ha estado rodando ellanzar, sentando las bases para poder decir: ‘Mira, esto es ahora una guerra contra los nazis, y lo que necesito es más gente'”, dijo el secretario de Defensa británico Ben Wallace a la radio LBC la semana pasada.

El jefe de la inteligencia ucraniana, Kyrylo Budanov, emitió una advertencia similar el lunes, alegando que Rusia ha comenzado encubiertamente los preparativos para una amplia movilización.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, rechazó el miércoles las afirmaciones como “tonterías”.

Las autoridades rusas han afirmado que sólo los soldados voluntarios contratados han estado luchando en Ucrania, a pesar de que muchos reclutas fueron hechos prisioneros en los días iniciales de la guerra.

El ejército ruso cuenta con cerca de un millón de efectivos, de los cuales 400.000 son soldados contratados, incluidos 147.000 en las fuerzas terrestres. Los funcionarios occidentales estimaron la fuerza inicial de la invasión rusa en unos 180.000 efectivos.

El ejército reconoció haber perdido 1.351 soldados hasta el 25 de marzo y no ha actualizado su número de bajas desde entonces. Funcionarios occidentales han dicho que las pérdidas rusas fueron mucho mayores y estiman que hasta una cuarta parte de la fuerza de ataque inicial de Moscú quedó incapacitada para el combate.

Si la guerra se prolonga, el número actual de tropas rusas en Ucrania podría ser insuficiente para mantener las operaciones, lo que obligaría al Kremlin a recurrir a reclutas mal entrenados o a llamar a reservistas.

El Kremlin se enfrenta a una dura elección entre intentar ganar la guerra con una fuerza limitada o intentar reforzar sus tropas en Ucrania con reclutas y reservistas, una medida que podría provocar la indignación de la opinión pública y potencialmente desestabilizar la situación política.

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