NAIROBI, Kenia (AP) – Los altos mandos militares de Etiopía y de su asediada región de Tigray han acordado permitir el acceso sin trabas de la ayuda humanitaria a la región y formar un comité conjunto de desarme tras la tregua de la semana pasada.
Los comandantes, que desde el lunes se han reunido en Nairobi, la capital de Kenia, firmaron el sábado un acuerdo que, según dijeron, exige la retirada de todo tipo de actividades militares.
Ambas partes han acordado proteger a los civiles y facilitar la entrega de ayuda humanitaria a la región de más de 5 millones de personas, según una copia del acuerdo vista por The Associated Press.
El acuerdo establece que el desarme se hará “simultáneamente con la retirada de las fuerzas extranjeras y no (militares etíopes)” de Tigray.
El negociador principal de Etiopía, Redwan Hussein, dijo a la AP que el acto de la firma del sábado creó un ambiente propicio para los esfuerzos de paz en curso, señalando que la próxima reunión de los líderes militares “muy probablemente” se celebrará en Tigray a mediados de diciembre antes de una reunión final en Addis Abeba, la capital etíope, en enero.
En una declaración separada a última hora del sábado, las autoridades federales de Etiopía dijeron que “se están haciendo esfuerzos para entregar asistencia humanitaria a la mayor parte de la región de Tigray que está bajo el mando (militar etíope).”
Ese comunicado señaló que los representantes de los militares etíopes y tigrayanos reunidos en Kenia discutieron “planes detallados para el desarme” de las fuerzas de Tigray, incluyendo un acuerdo sobre la entrada de las fuerzas etíopes en la capital tigrayana de Mekele.
Las conversaciones dirigidas por la Unión Africana en Nairobi siguieron al acuerdo de cese de hostilidades firmado por los líderes de Etiopía y Tigray en Sudáfrica la semana pasada.
El ex presidente nigeriano Olusegun Obasanjo, que está ayudando a facilitar las conversaciones, dijo el sábado que “la ayuda humanitaria debería haberse reanudado como ayer”. El ex presidente keniano Uhuru Kenyatta, que también participa en las conversaciones, agradeció a los comandantes su compromiso con la paz.
El conflicto de Tigray comenzó en noviembre de 2020, menos de un año después de que el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, fuera galardonado con el Premio Nobel de la Paz por lograr la paz con Eritrea, que limita con la región de Tigray y cuyos combatientes han estado luchando junto a las tropas federales etíopes en Tigray.
Eritrea no se menciona explícitamente en los documentos de paz, y un diplomático que asistió a las conversaciones en Nairobi dijo que la cuestión de Eritrea era un punto de fricción esta semana.
Los brutales combates en Tigray, que se extendieron a las regiones de Amhara y Afar cuando las fuerzas de Tigray intentaron romper el bloqueo militar de su región, se reavivaron en agosto tras meses de calma que permitieron la entrada de miles de camiones con ayuda humanitaria en Tigray.
La guerra en el segundo país más poblado de África, que cumplió dos años el 4 de noviembre, ha visto abusos documentados en ambos bandos, con millones de personas desplazadas y muchas al borde de la hambruna.
Las conexiones telefónicas y de Internet con Tigray siguen sin funcionar, y los periodistas e investigadores de derechos humanos extranjeros siguen teniendo prohibido el acceso, lo que complica los esfuerzos para verificar los informes sobre la violencia que se está produciendo en la región.