Con la aparición de variantes de COVID, la gente que cambia de carrera o se jubila anticipadamente y la disparidad entre el coste de la vida y los salarios en San Francisco, la escasez de mano de obra está perjudicando a la ciudad.
French Tulip Flowers, en la calle 24 de Noe Valley, puso hace poco un cartel que decía: “Estamos contratando a cualquiera que se presente”. La tienda dijo a ABC7 que uno de sus empleados se jubiló durante la pandemia y aún no han podido cubrir el puesto. “En este momento, aceptaremos a cualquiera que esté dispuesto a aprender y a quedarse con nosotros”, dijo el propietario de la tienda, Andrei Abramov, al medio.
En el SoMa, la pizzería de lujo Square Pie Guys renunció a cubrir un puesto de subdirector tras meses de intentos. El cofundador Danny Stoller dijo al Wall Street Journal que después de aumentar el salario de 55.000 a 70.000 dólares y cambiar el título del puesto a director general, pudo encontrar un candidato cualificado.
En otros lugares de California, los hoteles han rechazado a los huéspedes debido a la escasez de mano de obra.
El Hampton Inn de Folsom tiene 147 habitaciones, pero la directora general, Enid Baldock, sólo pudo alquilar 117 de ellas recientemente porque no tenía suficientes trabajadores para limpiarlas.
“Estaba rechazando a la gente con 30 habitaciones (disponibles). Es ridículo”, dijo mientras metía sábanas en un conducto de lavandería para ayudar a su escaso personal de limpieza.
En el Palladio, un centro comercial cercano con 85 tiendas y restaurantes junto a una concurrida autopista, los negocios parecían más centrados en atraer a los trabajadores que a los clientes, ya que los carteles de “ahora se contrata” superaban a los folletos del Viernes Negro durante las vacaciones de Acción de Gracias.
Los expertos apuntan a una serie de factores, como el elevado coste de las guarderías, las prestaciones gubernamentales más generosas y los cambios de estilo de vida que han hecho que los trabajadores estén menos dispuestos a aceptar los salarios y las condiciones de sus antiguos empleos. Esto ha hecho subir los salarios de algunos trabajos de venta al por menor y de restauración, pero no lo suficiente como para superar la brecha.
La escasez de mano de obra se ha manifestado de forma sorprendente en California, el estado más poblado del país, con casi 40 millones de habitantes, que, si fuera una nación independiente, tendría la quinta economía más grande del mundo.
California ha añadido una media de unos 100.000 nuevos puestos de trabajo cada mes desde febrero, pero a pesar de ese ritmo vertiginoso el estado sigue empatado con Nevada en la tasa de desempleo más alta del país.
El estado perdió 2,7 millones de puestos de trabajo en marzo y abril de 2020 después de que el gobernador Gavin Newsom emitiera la primera orden de permanencia en el hogar a nivel estatal del país. Desde entonces, California ha recuperado alrededor de 1,8 millones de esos puestos de trabajo, o algo más del 67%.
“Cambia el comportamiento de la gente cuanto más tiempo persiste el COVID”, dijo Roy Kim, subdirector de desarrollo de la fuerza de trabajo de la Agencia de Empleo y Formación de Sacramento. “Cuanto más tiempo sobreviva la gente y haga los ajustes de esa manera, se convierte en un cambio de vida”.
The Associated Press contribuyó a esta historia.