MAIDUGURI, Nigeria (AP) – El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, elogió el martes la reintegración en curso por parte de las autoridades nigerianas de los desertores del grupo yihadista Boko Haram, que ha protagonizado una insurgencia de una década, como “lo mejor que podemos hacer por la paz.”
En declaraciones a los periodistas en Maiduguri, la capital del estado de Borno, donde se centra la insurgencia, Guterres también pidió más financiación mundial para ayudar a reconstruir vidas en el noreste de Nigeria, donde operan los rebeldes.
“Lo mejor que podemos hacer por la paz es reintegrar a aquellos que en el momento de desesperación se convirtieron en terroristas pero que ahora quieren… contribuir al bienestar de sus hermanos y hermanas”, dijo el jefe de la ONU tras reunirse con antiguos militantes en un campo de rehabilitación en Maiduguri.
El ejército nigeriano dijo en marzo que 1.629 de los antiguos combatientes se han graduado hasta ahora del programa de reintegración.
En la última etapa de su gira por tres países de África Occidental, el jefe de la ONU visita por primera vez Nigeria, el país más poblado de África, donde pidió a los donantes de todo el mundo que apoyaran la asistencia humanitaria en el noreste.
Boko Haram, los rebeldes extremistas islámicos de Nigeria, lanzaron una insurgencia en 2009, para luchar contra la educación occidental y establecer la ley islámica Sharia en Nigeria.
Su rebelión se extendió a lo largo de los años a los países vecinos de África Occidental, Camerún, Níger y Chad. Boko Haram suscitó la condena internacional en 2014 cuando secuestró a 276 colegialas en el pueblo de Chibok, de las cuales más de 100 siguen desaparecidas.
Antes de su viaje a Nigeria, Guterres estuvo el lunes en Níger, donde expresó su gran preocupación por la violencia yihadista en el Sahel, la vasta zona semiárida al sur del desierto del Sahara. “La comunidad internacional debe darse cuenta de que esto ya no es sólo un problema regional o africano, sino una amenaza global”, dijo.
En Nigeria, Guterres visitó un campamento para personas desplazadas por la violencia.
“La gente que he conocido hoy quiere volver a casa”, dijo. Pero antes de que regresen, dijo, las autoridades deben establecer las condiciones necesarias: “condiciones de seguridad, condiciones de desarrollo.”
La violencia yihadista ha provocado directamente unas 35.000 muertes y el desplazamiento de al menos 2,1 millones de personas, según datos de las agencias de la ONU en Nigeria.
“Seré su defensor pidiendo a la comunidad internacional que apoye e invierta en el Borno de la esperanza”, dijo Guterres al gobernador del estado de Borno, Babagana Zulum, que ha liderado los esfuerzos para reubicar a los desplazados en sus comunidades.
En medio del esfuerzo por devolver a los desplazados a los hogares de los que huyeron años atrás, el presidente nigeriano Muhammadu Buhari dijo el domingo que la guerra contra los militantes “se está acercando a su conclusión.”
Sin embargo, según el International Crisis Group, un grupo de expertos con sede en Bruselas, el grupo yihadista -especialmente su facción más dominante, la Provincia de África Occidental del Estado Islámico (ISWAP, por sus siglas en inglés)- está “consolidando su control en nuevas zonas rurales del centro y el sur del estado de Borno en Nigeria.”