BEIJING (AP) – Las autoridades chinas cerraron el miércoles una de las principales universidades de Pekín tras detectar un caso de COVID-19, en el marco de su política de “cero COVID”, a pesar del creciente descontento de la población.
A los estudiantes y profesores de la Universidad de Pekín no se les permitió salir del recinto a menos que fuera necesario y las clases en el campus principal -donde se encontró el caso- se trasladaron en línea hasta el viernes, según un aviso de la universidad. Aun así, se pudo ver a algunas personas entrando y saliendo del campus principal el miércoles en el distrito Haidian de la capital china.
Pekín informó de más de 350 nuevos casos en el último periodo de 24 horas, una pequeña fracción de sus 21 millones de habitantes, pero lo suficiente como para desencadenar cierres y cuarentenas localizadas en el marco de la estrategia china “cero-COVID”. En todo el país, China informó de unos 20.000 casos, frente a los 8.000 de hace una semana.
Las autoridades están evitando los cierres en toda la ciudad para tratar de minimizar el impacto en la libertad de movimiento y en una economía en declive. Quieren evitar que se repita el cierre de Shanghái a principios de este año, que paralizó el transporte marítimo y provocó protestas vecinales. Las directrices nacionales revisadas, publicadas la semana pasada, piden a los gobiernos locales que sigan un enfoque específico y científico que evite medidas innecesarias.
La Universidad de Pekín tiene más de 40.000 estudiantes en varios campus, la mayoría en Pekín. No estaba claro cuántos se vieron afectados por el cierre. La institución, con 124 años de antigüedad, es una de las principales universidades de China y fue un centro de protestas estudiantiles en décadas anteriores. Entre sus graduados se encuentran destacados intelectuales, escritores, políticos y empresarios.
Los cierres en otros lugares han provocado protestas dispersas. A principios de esta semana, unos vídeos publicados en Internet mostraban a multitudes derribando barreras en la ciudad sureña de Guangzhou, en una zona densamente construida que alberga a trabajadores inmigrantes de la industria de la confección.
Guangzhou, un centro industrial de exportación cercano a Hong Kong, informó de más de 6.000 nuevos casos en lo que es el mayor brote en curso del país. La pandemia llevó a la Federación Mundial de Bádminton a trasladar las finales del HSBC World Tour del próximo mes de Guangzhou a Bangkok, según anunció la federación esta semana.
Otras ciudades con brotes importantes son Chongqing, en el suroeste, Zhengzhou, en la provincia de Henan, y Hohhot, la capital de la región de Mongolia Interior, en el norte.
En Zhengzhou, a finales del mes pasado, los trabajadores huyeron de sus dormitorios en una extensa fábrica de iPhone, algunos trepando por las vallas para salir. Posteriormente, Apple advirtió que los clientes se enfrentarían a retrasos en las entregas de los modelos iPhone14 Pro.
Los funcionarios chinos y los medios de comunicación estatales han hecho hincapié en que el gobierno está afinando, pero no abandonando, lo que llama una política “dinámica” de cero-COVID, después de que los rumores de una flexibilización provocaron una subida del mercado de valores a principios de este mes.
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El fotógrafo de Associated Press Ng Han Guan en Beijing y la asistente de noticias Caroline Chen en Guangzhou, China, contribuyeron.